Como cada 17 de agosto desde hace más de seis décadas, Laxe volvió a honrar a la Virgen del Carmen, en la emotiva recreación del Simulacro del Naufragio, el evento más esperado cada año en todo el municipio y una de las principales citas del verano en la comarca. Una vez más, esta fiesta declarada de Interés Turístico, atrajo a miles de personas, quienes llenaron las calles del municipio y el puerto para ser testigos de esta emotiva tradición que este año celebró su 62ª edición.
La jornada arrancó con un pasacalles amenizado por la banda de música Eduardo Pondal de Ponteceso y la Asociación Cultural Maruxía de Laxe, cuyos sones resonaron por las calles, marcando el comienzo de un día repleto de emociones y tradiciones. La música sirvió para preparar el ambiente para la misa solemne en honor a la Virgen del Carmen, la patrona de los marineros, que tuvo lugar en la iglesia parroquial de Santa María da Atalaia.
El momento más esperado y emotivo del día llegó tras la misa, cuando se dio inicio a la tradicional procesión que llevó a la Virgen del Carmen desde la iglesia hasta el puerto, escoltada por decenas de marineros la portaban en sus hombros. Allí, junto a las aguas que bañan la localidad, se celebró el Simulacro del Naufragio, un evento cargado de simbolismo y emoción.
Como cada año, un grupo de marineros salió en una embarcación, simulando una de sus habituales rutas de pesca. Al llegar a la mitad del recorrido, el barco “se hunde” y los marineros se lanzan al agua, intentando llegar a la orilla nadando. Sin embargo, uno de ellos queda “inconsciente” y el resto del grupo regresa para salvarlo. En ese momento se produce el milagro, cuando el cuerpo inerte es presentado a los pies de la Virgen y, gracias a su intercesión, el marinero revive, en el punto álgido y más emotivo de la festividad.
A continuación, los marineros entonaron la “Salve Marinera”, una canción que resuena año tras año en las celebraciones, recordando a todos aquellos que han perdido la vida en el mar. La emoción era palpable entre los asistentes, muchos de los cuales tienen familiares que dependen del mar para vivir.
“Este é un momento moi especial no que lembramos a toda a familia, xente do mar, que xa non está connosco”, comentó uno de los participantes de la procesión de la Virgen.
Tras el simulacro, los barcos engalanados salieron en procesión marítima, con la imagen de la Virgen del Carmen a bordo, escoltada por decenas de embarcaciones. Las aguas del puerto de Laxe se llenaron de color, en una imagen que se repite cada año y que nunca pierde su capacidad para emocionar. Al regresar al puerto, la Virgen fue llevada nuevamente a la iglesia.
El alcalde de Laxe, Francisco Charlín, no pudo ocultar su orgullo por el éxito de esta nueva edición y dijo estar “moi emocionado e contento pola gran acollida que, un ano máis, tivo o Naufraxio”.Destacó que se trata de “un evento único e que forma parte da nosa historia e tradición, polo que é moi emocionante ver como a xente se entrega e forma parte deste día, mantendo máis viva ca nunca a esencia desta celebración tantos anos despois”.