El pasado sábado, el núcleo de A Rabadeira, en Coristanco, vivió una jornada marcada por la nostalgia y la celebración. El café bar Andrade, un histórico punto de encuentro para vecinos de la localidad, cerró sus puertas tras 75 años de actividad, poniendo fin a una etapa que marcó la vida social de la parroquia. El motivo del cierre no es otro que la jubilación de Isabel Andrade Álvarez, quien durante décadas estuvo al frente del negocio familiar.
El establecimiento, fundado por los padres de Isabel, Jesús Andrade, conocido como “Polainas”, y Josefa Álvarez, ha sido mucho más que un bar. Fue también taberna y ultramarinos, un lugar donde los vecinos encontraban no solo productos, sino también compañía y calor humano. Isabel recordaba con emoción los tiempos en que acompañaba a su padre a repartir vino de Ribeiro por las aldeas cercanas, una tradición que dio paso al relevo generacional junto a su esposo, Manuel Barca, sus hijos y algunos nietos.
La despedida se convirtió en un homenaje colectivo. Más de 115 personas, entre vecinos y amigos, se reunieron para rendir tributo al café bar Andrade. El evento incluyó una pulpeira organizada por Pulpeira García, acompañada de pinchos y refrescos. La jornada comenzó a mediodía y ofreció un momento de reencuentro vecinal, donde los asistentes compartieron recuerdos y expresaron su agradecimiento por tantos años de convivenci. Entre los presentes, 30 peñistas que solían realizar apuestas en el local disfrutaron del evento por un coste reducido, mientras el resto de asistentes aportaron una mayor contribución.
El cierre del café bar Andrade supone el fin de una era en A Rabadeira, que se queda sin ningún establecimiento de hostelería tras haber perdido también el anterior hace unos años.