El viento y la lluvia afectaron también negativamente a las citas feriales que este domingo se celebraron en Carballo y Cee, por cuanto en ambas la actividad fue prácticamente nula. En la capital carballesa la Praza do Concello, escenario habitual de la cita comercial, presentaba a media mañana una imagen desoladora, con apenas una docena de puestos operativos.

Entre ellos figuraban cuatro cosecheros que atendían al contado público desde el turismo en el que habían trasladado la poca mercancía que ofertaban, toda vez que ya sabían de antemano que la demanda iba a ser contada.

También había tres puestos de alimentación, una de venta de fruta y otros dos de plantas y frutales. El resto del ágora municipal estaba totalmente desierta, en claro contraste con lo que suele ser habitual en un día normal de feria.

En lo tocante a los precios, se notaba una ligera tendencia a la baja dada la escasa demanda. Los manojos de grelos oscilaban entre 2,5 y 3 euros; repollos a 2 y 3 euros; y la coliflor, a 3 y 5 euros.  La falta de afluencia también predominaba en el comercio local, pese a coincidir en fecha de  rebajas, si bien en los sectores de la hostelería, panaderías y alimentación el ambiente se fue animando un poco con el discurrir de la mañana.
 

En la zona del barrio de A Milagrosa, en donde se suelen instalar sobre todo los puestos de textil, ayer no había actividad alguna, ni tan siquiera se podían comprar los habituales churros como ocurre en otros domingos de feria.

El panorama no fue mejor en la villa de Cee, en donde este domingo la Praza do Recheo, escenario de la feria, también estaba vacía y desangelada.

Al igual que ocurrió en Carballo, con la llegada del mediodía la clientela se fue incrementando en los establecimientos de hostelería, aunque en menor medida que otros domingos por cuanto la adversa meteorología animaba más a quedarse en casa.