El relevo de Rocío Monasterio al frente de Vox en Madrid aparta de la primera línea política a una de sus parejas más mediáticas y convierte a Santiago Abascal en el único superviviente de aquellos cuatro amigos que, junto a Iván Espinosa y Javier Ortega Smith, fueron las caras visibles del partido en sus inicios.
Monasterio ha decidido seguir los pasos de su marido, Iván Espinosa, y marcharse. Deja todos sus cargos en el partido para dedicarse a la arquitectura.
El detonante: la decisión unilateral de la dirección nacional de relegarla de la Secretaría General de Vox en Madrid aprovechando que este otoño ya tocaba renovar el Comité Ejecutivo Provincial.
Una destitución que, según fuentes próximas a la dirección, le fue comunicada el lunes y que Monasterio atribuye a falta de democracia interna en el partido y a una pérdida de confianza de la cúpula en ella.
"A la vista de que hoy no soy la persona de confianza del secretario general ni tampoco del presidente, me parece lógico y me parece honesto también entregar mi acta de diputada", ha argumentado en una rueda de prensa.
Las fuentes consultadas por Efe ven, sin embargo, en el cese de Monasterio una consecuencia lógica después de ocho años en el cargo y piensan que su labor al frente de la organización ya está "amortizada".
Apuntan además a que la hasta ahora secretaria general se había centrado en los últimos tiempos en su cargo de portavoz parlamentaria - en el que el partido le había ofrecido seguir- y dejado las riendas de la organización en Madrid a su número dos, Jorge Cutillas.
En cualquier caso, su marcha no ha pillado por sorpresa en Vox. Los próximos tanto a ella como a la cúpula de la calle Bambú ya lo veían venir y sabían que su renuncia llegaría más pronto que tarde.
Y es que cada vez estaba más alejada del rumbo tomado por el partido, sobre todo desde que Abascal se rodeó de Ignacio Garriga y Jorge Buxadé como hombres fuertes del partido.
Iván Espinosa, uno de los preferidos para suceder a Abascal, fue el primero. Tras las últimas generales se desvinculó de Bambú para centrarse en su labor empresarial, una renuncia que para algunos círculos se debió a la victoria del sector más conservador de Vox sobre los liberales, algo que Espinosa nunca reconoció.
Renunció voluntariamente por motivos personales, según alegó, y sin reproche ni contestación alguna al partido... hasta este martes. Un duro mensaje en las redes del eurodiputado Hermann Tertsch tras conocerse que Vox había votado a favor de la polémica ley que beneficia a terroristas de ETA ha sido el motivo.
El eurodiputado comparó este "grave error" con otro "garrafal" cometido en 2021 cuando la abstención de Vox, con Espinosa como portavoz parlamentario, permitió al Gobierno convalidar el decreto sobre los fondos europeos para la recuperación económica y social.
Un señalamiento que esta vez Espinosa sí ha contestado diciendo que comprendía las "dificultades" que están pasado por apoyar la ley de antecedentes penales, pero dejando claro que se equivocan de enemigo e instándoles a no disparar "a los lados".
De los cuatro del principio, el siguiente en alejarse de la dirección fue Javier Ortega Smith, que sigue dentro de los cargos orgánicos, pero en un papel más testimonial que de mando.
Quien había sido mano derecha de Abascal y secretario general de Vox fue sustituido hace dos años por Garriga para dedicarse, según se adujo, a su candidatura a la Alcaldía de Madrid.
Para la asamblea general ordinaria de enero pasado se especuló con que iba a luchar por el liderazgo del partido, un extremo que Ortega Smith desmintió días después de que comenzara el rumor, pero que al final y a la postre llevó a Abascal a dejar de confiar en él como número dos, si bien le permitió seguir dentro del Comité Ejecutivo Nacional como vocal.
Su continuidad se vio como una jugada de Bambú para aplacar el malestar del diputado nacional y portavoz municipal en Madrid con la actual dirección y acabar con las especulaciones sobre su disposición a disputarle la presidencia del partido.
Sea como sea, lo cierto es que de los cuatro amigos y miembros más conocidos de Vox en sus principios actualmente solo queda al frente Santiago Abascal.
Por el camino también han quedado otros que contribuyeron a su fundación o que lograron hacerse un papel protagonista en los momentos más dulces del partido, como Macarena Olona, Víctor Sánchez del Real, Rubén Manso o Juan Luis Steegmann.