El empresario Elon Musk comunicó este viernes al regulador busátil de EEUU que cancela la compra de Twitter, que anuncio el pasado abril por 44.000 millones de dólares, a lo que la tecnológica respondió con la amenaza de una batalla legal para consumarla.
En un documento remitido por los abogados de Musk al departamento legal de Twitter y publicado por la Comisión del Mercado de Valores de EEUU (SEC, en inglés), el multimillonario canceló unilateralmente la adquisición argumentando que la tecnológica incumplió sus condiciones del acuerdo.
El fundador de Tesla y SpaceX alegó que la tecnológica hizo declaraciones “falsas y engañosas” en sus negociaciones y que no le facilitó una información que considera necesaria para cerrar la transacción y que reclama desde hace dos meses, sobre la prevalencia de cuentas falsas o de spam en la red social.
El hombre más rico del mundo se mostró descontento con la tecnológica en varias ocasiones por esta cuestión “sin resolver” y señaló que el 6 de junio ya había enviado una “advertencia” de cancelación a Twitter y que el “periodo de subsanación” se terminó.
Subestimación dramática
Twitter dice que menos del 5% de los usuarios son cuentas falsas y de spam, algo que el magnate considera una “subestimación dramática” pero que no consigue dilucidar porque, según denuncia, la empresa ha “rechazado” darle esos datos repetidamente e ignora sus peticiones a ese respecto.
También es clave en la retirada de Musk que Twitter haya despedido a dos altos ejecutivos, reducido su equipo de captación de talento y congelado las contrataciones, así como la reciente salida voluntaria de tres ejecutivos, a todo lo que dice no haber dado su “consentimiento”, de acuerdo con el documento.
No obstante, a Twitter no le sobró tiempo para contraatacar y minutos después de que se divulgara la noticia su presidente, Bret Taylor, anunció que el Consejo Directivo planeaba “emprender acciones legales para llevar a cabo el acuerdo de compra” bajo el precio y los términos” pactados con Musk.
A finales de abril, la junta directiva de Twitter aceptó la oferta de adquisición por parte de Musk por unos 44.000 millones de dólares, a razón de 54,20 dólares por acción, lo que suponía una notable prima sobre la cotización de entonces y también sobre la actual, ya que Wall Street se deslizó hacia un ciclo bajista.
Poco después de que Musk anunciara sus intenciones de romper el acuerdo, Twitter bajó un 6% en Bolsa y sus acciones se situaban en 34,58 dólares a las 18.30 hora local. Su capitalización cayó un 25% desde abril.
“Estamos seguros de que ganaremos en el Tribunal de Cancillería de Delaware”, agregó el presidente de Twitter, que confía en esa corte.