Los concellos de la Costa da Morte exprimen el remanente para gastos desde la pandemia

Los concellos de la Costa da Morte exprimen el remanente para gastos desde  la pandemia
El alcalde de Carballo, Evencio Ferrero, y la concejala de Facenda, Belén Lendoiro, en uno de los plenos | MAREMA

Los concellos de la Costa da Morte cuentan con un remanente de tesorería para gastos superior a los 33,3 millones de euros. Así se refleja en los datos  de la Conta Xeral de 2023 que la mayoría de los ayuntamiento de  la zona remitieron ya al Consello de Contas de Galicia, aunque hay algunos que todavía están pendientes de hacerlo, por lo que la cifra podría ser más elevada. 


El remanente de tesorería es  un dato que refleja la liquidez que  tienen las arcas municipales para financiar gastos. Sin embargo, después de la crisis financiera y durante casi una década, este dato demostraba la capacidad de ahorro de los municipios, ahorro que no podrían gastar como quisieran por el límite de gasto que debían cumplir. Con la pandemia estas normas se relajaron, permitiendo a los gobiernos municipales gastar este remanente. Así, mientras en remanente en 2019 de los concellos de la comarca superaba los 41 millones de euros, a finales de 2023  éste era siete millones de euros inferior y la cifra se reducirá aún más este ejercicio en vista de que algunos concellos están exprimiendo sus ahorros para poder realizar inversiones.   


Este último es el caso del Concello de  Carballo. Según los datos de la Conta Xeral de 2023, el remanente de tesorería en el municipio carballés era superior a los 11,4 millones de euros al iniciar el año. No obstante, en la actualidad es una cifra que está lejos de los fondos disponibles, que no llegan a los 800.000 euros, ya que solo este año el gobierno municipal ha incorporado más de diez millones de euros. 


En concreto, en el primer trimestre de año ya se habían utilizado 6.120.251 euros para financiar modificaciones presupuestarias derivadas de obras que no se pudieron ejecutar en su totalidad en 2023. A finales de abril, el Concello incorporó otros 786.533 euros para llevar a cabo nueve actuaciones para mejorar varias instalaciones del ciclo del agua –una de ella ya está en contratación– y en mayo se incorporaron otros 3,73 millones de euros, de los que 1,5 millones se utilizarán para remodelar los parques infantiles de Rego da Balsa, O Chorís y la Praza do Outeiro. 


En el caso del Concello de Zas, las cuentas del presupuesto pasado arrojaron un remanente para gastos de 5,77 millones de euros, dos millones de euros más que antes de la pandemia. El gobierno zaense ha sido muy prudente en el gasto y lo seguirá siendo ya que, como advirtió el alcalde, las reglas de gasto vuelven a estar en vigor. Al igual que en Carballo, en el Concello de Coristanco también han tratado de exprimir el remanente acumulado, que en 2019 era de 5,7 millones de euros, bajando en la actualidad hasta los 2,94 millones de euros. Muy similar es el remanente con el que cerró sus cuentas A Laracha, que cuenta con una liquidez de 2,39 millones de euros. 


De este importe, 700.000 euros ya estaban comprometidos en el primer trimestre del año y otros 600.000 euros se incorporaron al presupuesto en julio para hacer frente al incremento del gasto corriente y la mejora de infraestructuras. En concreto, para la carretera que comunica Requesende (Golmar) con A Xesta (Soutullo) y que da acceso a Cerceda y para la redacción de proyectos importantes como la humanización de al avenida Doutor López Astray. 


Asimismo, el nuevo gobierno municipal de Muxía dispone de un remanente de 2,29 millones de euros, según la Conta Xeral. Sin embargo, el actual alcalde, Javier Sar, indicó tras la moción de censura que de este importe apenas quedarían unos 200.000 euros. El regidor entiende que la partida de casi 2,2 millones de euros corresponde a obras que quedaron sin ejecutar el año pasado y ahora vuelven al presupuesto como remanente, pero esa cantidad está comprometida para las actuaciones aprobadas. 


De hecho, Sar adelantó  que el importe real podría ser negativo, puesto que existen numerosas facturas por pagar que asciende a 800.000 euros. Ponteceso, Dumbría, Fisterra, Laxe, y Malpica cerraron 2023 con un remanente inferior a los dos millones de euros. Entre estos municipios, el que tiene la liquidez más alta es el de Ponteceso, con 1,58 millones de euros, de los cuales más de medio millón ya se comprometió para pagar facturas pendientes. Cabe recordar que el Concello de Ponteceso debe más de un millón de euros a sus proveedores por servicios, suministros y gastos corrientes que se ejecutaron y no se pagaron en los ejercicios 2021, 2022 y 2023.  Eso sin contar con los 797.000  euros de deuda viva. Así, aunque el remanente sea cuantioso, básicamente se usaría para saldar deudas.


Menos de un millón de euros de remanente acumulan el resto de los municipios de la zona. En Camariñas, la liquidez del Concello para hacer frente a gastos es de poco más de 747.000 euros, lo que representa una mejora en la situación económica del consistorio, que en 2022 tenía un remanente negativo de 182.000 euros. En la misma situación está el Concello de Cabana que pasó de un remanente negativo en 114.000 euros a tener en sus cuentas más de 363.000 euros. En Cee, la liquidez para gastos es de 331.426 euros, la mitad que hace un año.


Vimianzo, en cambio, cerró el pasado ejercicio con un remanente negativo de más de 815.000 euros. 

Los concellos de la Costa da Morte exprimen el remanente para gastos desde la pandemia

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