La Rapa das Bestas de Vimianzo, que acaba de cumplir 26 años, volvió a convertirse en un gran espectáculo en el Campo da Areosa. Hombres y mujeres midieron sus fuerzas con los equinos en toda una lucha de poder. Una pugna cuerpo a cuerpo para tirar al animal y proceder a la rapa propiamente dicha. Una vez bien controlado a ras de la tierra, como si de una sesión de peluquería se tratase para adecentar las crines, que bien lo necesitan después de una larga temporada en el monte.
Este año se unieron a la rapa tres jóvenes mujeres aloitadoras, que se estrenaron a lomos de los equinos con mucha destreza y soltura, con la ayuda de otras dos. La experiencia fue muy buena y ya cuentan con repetir en la próxima edición, según explicó Ánxela Arjomil, la vicepresidenta de la Asociación Cabalar Monte Faro, la entidad organizadora. Ánxela, que se estrenó como aloitadora con solo 15 años -ahora tiene 24- no pudo hacerlo este año debido a la carga de trabajo en la directiva, aunque espera hacerlo en la próxima edición.