Como en la canción que la ha llevado a su segunda victoria en Eurovisión, "Tattoo", la sueca Loreen ha grabado este sábado con tinta indeleble su nombre en la historia y en la piel de este festival como la primera mujer que conquista tal hazaña.
Solo un hombre hasta ahora lo había conseguido (Johnny Logan en 1980 y 1987) pero de la mano teñida con henna y uñas afiladas de esta artista de orígenes bereberes, su país ha conseguido además igualar el registro máximo de siete triunfos de Irlanda y el derecho a celebrar el festival en 2024, justo cuando se cumplen 50 años de la coronación de "Waterloo" de ABBA.
Con 583 puntos en su poder, no se dio finalmente el vuelco que algunos ansiaban para burlar las predicciones de las casas de apuestas y el finlandés Käärijä ha tenido que conformarse con el segundo puesto y 526 votos, seguido de la israelí Noa Kirel, con 362. La cabeza de la tabla la han completado Italia (350), Noruega (268), Ucrania (243), Bélgica (182), Estonia (168), Australia (151) y República Checa (129).
La ilicitana Blanca Paloma y su nana de raíz flamenca "EaEa" ha tenido que conformarse con el puesto 17 de 26 que la deja muy lejos del "top 5" pronosticado inicialmente pese a obtener la mejor novena nota de los jurados profesionales, pero con la más baja de la audiencia.
La gala ha arrancado con una sorpresa en el vídeo protagonizado por Kalush Orchestra, campeones de 2022: Kate Middleton, la princesa de Gales, sentada al piano para acompañar desde Windsor la melodía de "Stefania".
El homenaje ha servido para rememorar no solo la ola general de solidaridad con la que Europa abrazó a Ucrania el pasado año por la invasión de Rusia sino también que ese conflicto aún vigente es el responsable de que Eurovisión 2023 no se celebre allí.
Esta misión la ha asumido la ciudad británica de Liverpool, cuna de los Beatles y como tal de las bases de la música pop, lo que se ha traducido en un homenaje a temas de estrellas musicales de allí, del "Imagine" de John Lennon a cargo del italiano Mahmood al "You spin me around" de Dead or Alive por la israelí Netta, pasando por "I turn to you" de Mel C a cargo de la sueca Cornelia Jakobs.
En lo que se refiere a las canciones a concurso, otro año más el azar quiso que la primera mitad reuniera a algunos de los candidatos a los principales puestos, como la francesa La Zarra encaramada a un obelisco para cantar "Evidemment" como una Edith Piaf en versión de música disco o el siempre fino y elegante italiano Marco Mengoni, directo de San Remo con la balada clásica "Due Vite".
Entre medias ha salido Blanca Paloma para reeditar la propuesta que la hizo campeona en Benidorm, arropada por su regimiento de bailaoras y el gigantesco mantón de flecos de "la yaya Carmen", un homenaje a su legado que bebe del flamenco, los cantos del norte de África y la electrónica hasta componer la apuesta más audaz de España en mucho tiempo y quizás por ello las más arriesgada.
Justo un puesto por detrás Loreen ha aparecido tumbada, casi aplastada entre dos grandes plataformas horizontales en un viaje desde la derrota en el que termina erguida cual Atlas y aceptando sobre sus hombros el peso de la corona de gran favorita.
No ha habido que esperar tampoco mucho para disfrutar después de su directo rival, el finlandés Käärijä con un "Cha Cha Cha" muy loco y divertido, un cruce entre Rammstein y el mundo del "anime" japonés que, como era de esperar, luego ha barrido en el televoto.
La falta de propuestas tan pujantes en esa segunda parte ha dejado el terreno llano para fragata vikinga de la noruega Alessandra con "Queen of Kings", y el vendaval Noa Kirel, apodada "la Chanel israelí" por las similitudes escénicas con la cubanoespañola en su "Unicorn", especialmente la algo forzada exhibición coreográfica.
Poco más que contar, más allá de la abundancia de folclor electrónico y algo más de rock gracias a Alemania, Australia y el combo satírico de los croatas Let3 cargando contra la corrupción política entre misiles y calzoncillos.
Roger Taylor, el célebre batería de Queen, se ha animado a acompañar a su compatriota Sam Ryder en su actuación durante el tiempo de votación, cuyo resultado se ha conocido en el orden tradicional, con Suecia desmarcándose como la favorita de los jurados profesionales con 340 puntos, casi el doble que Israel (177) e Italia (176), con Finlandia en cuarta posición (150).
España, que hasta el momento iba novena con 95 puntos, ha recibido un duro varapalo del televoto, que solo le ha proporcionado 5 votos más, la más baja, mientras que por arriba la gran vencedora del público ha sido Finlandia, con 376 puntos, seguida de Suecia (243) y Noruega (216).
Los triunfos de Loreen en 2023 y 2012 y el de ABBA en 1974 se suman a los de Herreys en 1984 con "Diggi-Loo Diggi-Ley", Carola en 1991 con "Fangad av en stormvind", Charlotte Nilsson en 1999 con "Take me to your heaven" y Mans Zelmerlöw en 2015 con "Heroes".