El arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, ha negado este domingo que tenga interés en ser escogido como sucesor del papa Francisco: "Yo no me voy a votar", ha afirmado en declaraciones a EFE desde el Palacio Episcopal.
El arzobispo de Barcelona y ex presidente de la Conferencia Episcopal Española (2020-2024) es uno de los cardenales electores españoles llamados a participar en el cónclave que se celebrará próximamente en la Ciudad del Vaticano para escoger al sucesor de Francisco, y es también uno de los que puede salir elegido.
No obstante, ha manifestado sus reservas a ser designado como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica: "Yo desde luego, no me veo", ha sentenciado.
"Yo no me voy a votar, evidentemente, y si vosotros pudieseis votar, pues no sé a quién votaríais, o sea que lo dejamos en las manos del Espíritu", ha bromeado.
Sobre el pontificado de Francisco, ha destacado su papel en las periferias, con una especial atención "a los que la sociedad abandona más".
"A veces, nosotro,s incluso dentro de la Iglesia nos podemos despistar y olvidar a esos más pobres que no tienen recursos, que están sufriendo, que mueren de hambre o que tienen que emigrar porque están en guerra y no tienen suficiente comida", ha manifestado.
Además, ha recordado el talante abierto del papa Francisco, parafraseando una expresión que dijo en las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) en Lisboa (Portugal): "Todos, todos, todos, en la Iglesia caben todos".
"Jesucristo acogía a todos y no abandona a nadie, y el que se sienta más solo, más pequeño, más pobre, que sepa que el amor de Dios está cerca", ha indicado.
Preguntado por cómo ha conocido la noticia, ha explicado que estaba con sus obispos auxiliares en un coche, aprovechando que es día festivo en Cataluña, para "convivir un poco juntos, rezar y pasear" cuando han sabido la noticia y han decidido regresar.
Omella, que próximamente se desplazará a Roma, presidirá esta tarde la misa prevista dentro de la Octava Pascual, donde se rezará "de manera especial por el Papa", sin que se trate de una misa exequial o de difuntos.