1. ¿Un bebé puede tener apendicitis? ¿Cómo se detecta?
La apendicitis aguda es la inflamación del apéndice, que es una porción del intestino, con forma de gusano, que se localiza en la zona inferior derecha del abdomen. La edad más frecuente para padecer una apendicitis es alrededor de los 8-10 años, es muy poco frecuente antes de los 2 años y es excepcional en los bebés de menos de 12 meses.
Los síntomas son:
Para diagnosticar la apendicitis se deben tener en cuenta los síntomas y la exploración del abdomen por parte del médico. No hay ninguna prueba que la diagnostique al 100%, aunque pueden realizarse pruebas que ayuden a diagnosticarla como análisis de sangre, ecografía del abdomen y a veces radiografías. El diagnóstico se realiza valorando de forma conjunta los síntomas, su evolución en el tiempo y las pruebas realizadas. El tratamiento es la intervención quirúrgica con extirpación del apéndice que puede realizarse de la forma tradicional realizando una incisión en el abdomen o por vía laparoscópica; en este último caso la recuperación post-operatoria suele ser más rápida.
2. ¿ Cuándo es recomendable hacer una analítica a un niño?
La analítica es una prueba que estudia la sangre. No hay que hacerla si su hijo es un niño sano.
Para ello debe reunirse una serie de condiciones:
Entonces no es necesario hacer ningún tipo de análisis de forma rutinaria.
3. ¿Con tos y mocos (sin fiebre) los niños pueden ir a la piscina?
Si un niño tiene síntomas catarrales leves (como moco nasal, tos ocasional sin fiebre ni decaimiento ni irritabilidad) puede realizar las actividades habituales de su vida diaria como asistir al colegio o actividades físicas como ir a la piscina o practicar otros deportes o actividades extraescolares.
4. ¿A qué edad es conveniente hacer test de alergias a los niños?
Las pruebas para detectar si un niño es alérgico pueden realizarse a cualquier edad, aunque hay que matizar el tipo de alergia. Si es una alergia alimentaria, por ejemplo alergia al huevo o alergia a las proteínas de la leche de vaca, las pruebas se pueden realizar desde el momento que se detecte, es decir pueden hacerse a los bebés. Si la alergia es respiratoria, con síntomas como tos, fatiga, estornudos, moco nasal etc., a pesar de que se pueden realizar a cualquier edad, habitualmente se realizan a partir de los 3-4 años, ya que antes los síntomas de alergia se asemejan a los síntomas de las enfermedades víricas de los primeros años de la guardería o de la educación primaria y su interpretación es más difícil.
5. ¿Los cólicos de los bebés pueden ser síntoma de algún problema digestivo?
Los llamados “cólicos del lactante” son episodios de dolor abdominal que son frecuentes en los bebés lactantes y que, en general, se resuelven solos cuando el bebé llega a la edad de 3 meses. Este tipo de cólicos no suponen ninguna enfermedad del aparato digestivo. Sin embargo es necesario consultar al pediatra que realizará unas preguntas a los padres y una exploración física del niño para poder
valorar si efectivamente es un cólico de lactante o es otro problema ya que otros padecimientos del aparato digestivo pueden tener síntomas similares como por ejemplo el reflujo gastroesofágico o una alergia o intolerancia alimentaria.
6. ¿Son necesarias las dos horas de espera para hacer la digestión antes de dejar que los niños se bañen?
Las dos horas de digestión obligatorias que nuestros padres nos indicaban forman parte de las costumbres de nuestro país, es una norma transmitida entre generaciones. Pero, ¿es realmente tanto rato? Pues, como en la mayoría de máximas de la sabiduría popular, hay parte de cierto.
Si se ha realizado una comida muy copiosa, se recomienda esperar y hacer la digestión antes de zambullirse, sin embargo la mayor incidencia de casos se producen en personas que se bañan tras haber tomado el sol durante un tiempo prolongado, o tras haber hecho ejercicio físico intenso. Por lo tanto, la causa principal del corte de digestión o hidrocución es la entre la piel y el agua, y no el proceso de la digestión de los alimentos. Por lo tanto la recomendación de no bañarse inmediatamente después de las comidas es una medida de
precaución. En general los niños no suelen realizar comidas muy abundantes y el proceso de digestión tras las comidas es de menor duración. Por ello la recomendación general sería que pueden bañarse tras las comidas, siempre que se introduzcan poco a poco en el agua o con una ducha previa para evitar cambios bruscos en la temperatura corporal y aconsejable siempre con supervisión de un adulto.
7. ¿Es recomendable llevar a los bebes y niños al fisiorespira?
Los bebés padecen cuadros catarrales muy frecuentes en primeros años de su escolarización. Estos procesos son producidos por virus respiratorios para los que no hay un tratamiento específico, aunque sí podemos aliviar los síntomas como la tos o la obstrucción nasal. Entre esos tratamientos se incluye la limpieza de las vías respiratorias altas (limpieza nasal) que hace que el bebé se encuentre más confortable.
Habitualmente con la limpieza nasal con suero fisiológico junto con mantener un adecuado estado de hidratación (ofreciendo líquidos de forma frecuente) es suficiente para que el proceso catarral se resuelva en unos pocos días. En algunos niños el cuadro catarral se prolonga más de lo habitual o sus padres no son capaces de realizar una adecuada higiene nasal; en estos casos debe ser valorado por su pediatra quien indicará si es necesaria alguna medida más de tratamiento como la fisioterapia respiratoria que intenta conseguir que el lactante movilice las secreciones respiratorias y así mejore su estado general.
8. ¿Los bebés que han ido a la guardería se inmunizan antes ?
Cuando un germen entra en el organismo de una persona, su sistema inmune se pone en funcionamiento. Genera unas células que se llaman linfocitos T. Y éstas se ponen a trabajar para intentar vencer a la infección. Tras esta primera fase, quedan en el cuerpo los llamados linfocitos T de "memoria". Son unas células que permanecen meses o incluso años en nuestro organismo. Se quedan preparadas para responder en un futuro si volviéramos a contactar con el mismo patógeno. Y si en un futuro el niño entra en contacto con el germen en cuestión, existe una defensa para vencer la enfermedad. Los lactantes y niños pequeños tienen un sistema inmune inmaduro y por tanto la respuesta del organismo a una infección es pobre a nivel de recuerdo y no es capaz de dejar linfocitos T de "memoria" suficientes para próximas ocasiones. Por ello los bebés que van a la guardería muy pronto no se inmunizan antes y además enferman con mayor frecuencia.
9. ¿ Cómo tratar la diarrea vírica en los lactantes ?
Las gastroenteritis son producidas frecuentemente por virus y pueden provocar síntomas como diarrea, dolor abdominal intermitente, vómitos y fiebre. No todos los niños con gastroenteritis tienen todos los síntomas a la vez. El tratamiento es administrar el suero de rehidratación oral que se dispensa en farmacias en tomas frecuentes, al menos cada vez que el niño realice una deposición, para evitar la deshidratación. No es necesario dejar de darle los alimentos que el niño tome habitualmente; especialmente es aconsejable que siga con lactancia materna si fuera el caso. Los preparados de rehidratación oral de fabricación casera no son aconsejables ya que la composición de sales minerales no es la adecuada a las necesidades del niño. Tampoco las bebidas isotónicas comerciales que suelen tener exceso de azúcar y escasa cantidad de sales minerales
10. En un niño con un cuadro catarral, ¿es mejor esperar y darles solo agua y jarabe para la fiebre o mejor tratar los mocos para que no bajen a los bronquios?
Los cuadros catarrales de los niños son producidos en la mayoría de casos por virus respiratorios. El tratamiento consiste en ofrecer al niño de forma frecuente líquidos como el agua y tratamiento de la fiebre si la tuviera con los antitérmicos habituales como paracetamol e ibuprofeno. No existe ningún tratamiento preventivo para que los virus bajen o no a los bronquios. Hay virus que provocan con mayor frecuencia afectación del aparato respiratorio inferior como el VRS (virus sincitial respiratorio) aunque en la mayoría de los niños los virus afectan a las vías respiratorias superiores y provocan sólo catarros nasales.
Sin embargo algunos niños tienen tendencia a tener bronquitis de repetición cuando se contagian por virus respiratorios, en ese caso debe ser valorado por su pediatra habitual, quien conoce al niño y puede ofrecerle el mejor tratamiento para evitarlo.
11. ¿Qué son las vegetaciones? ¿Su solución es siempre operar?
Las amígdalas (o “anginas”) y las adenoides (o “vegetaciones”) forman parte un sistema de defensa contra los gérmenes que entran en nuestro organismo por las vías respiratorias. Se dice que un niño "tiene vegetaciones" cuando sus adenoides crecen más de lo habitual, se inflaman y por esta razón provocan síntomas. Cierto grado de crecimiento adenoideo se debe sobre todo a los catarros y es normal hasta los 5 años. Las vegetaciones disminuyen de tamaño por sí solas con el crecimiento.
Los síntomas más frecuentes que provocan la adenoides son:
Cuándo se deben operar
El pediatra valorará cada caso. No todos los niños con adenoides necesitan intervención quirúrgica, ya que al crecer disminuyen de tamaño de forma natural. Si los síntomas descritos más arriba son muy llamativos el pediatra probablemente le recomendará una valoración por un otorrinolaringólogo que es quien decidirá si es conveniente o no realizar la intervención quirúrgica.