Nosferatu

En unos días estrenan la película (para mí) más esperada del año. ‘Nosferatu’. Un remake de la original de Murnau ‘Nosferatu, una sinfonía del horror’, vale, concedo, pero es que los vampiros siempre están de moda. A Murnau, que quiso hacer una adaptación al cine de ‘Dracula’ lo demandó la viuda de Bram Stoker por plagio, el actor protagonista, Max Schreck fue acusado de ser un vampiro de verdad y con todas esos mimbres la película muda se convirtió en un clásico instantáneo del terror y una inspiración para otros cineastas y sobre todo para las tiendas de uñas que proliferan aquí y allá por nuestra geografía. Esas uñacas interminables que luce Nosferatu, más grandes y más expresionistas que las que luce Dracula en el libro ahora son tendencia y no solo en el palacio de Fu Manchú. Las llevan las chicas jóvenes y cuando las veo me pregunto cómo son capaces de wasapear con esa velocidad de vértigo y esas garras dignas de un vampiro transilvano. En fin, cosas de jóvenes. Vienen con unas aplicaciones de las que carecemos los de la generación X.


El mito del vampiro nunca pasa de moda, solo se transforma con el paso de los años y al final vuelve a sus orígenes. Beber sangre es un tabú, igual que el canibalismo. No me digan ustedes que Hannibal Lecter no es un vampiro ultramoderno, un vampiro elegante y sofisticado que en vez de clavar los colmillos en el cuello de sus víctimas, las desangra para hacer morcillas con sus intestinos que sirve con ensaladas de autor para que la gente disfrute de lo realmente bueno. “No hay nada vegetariano por aquí”.


El chupasangre simboliza la fragilidad de la existencia humana, un corte certero en el cuello o en el muslo y en cuestión de un suspiro dejas de existir. La sangre es la vida, que gritaba Rendfield, el angustiado acólito que se nutre de insectos y arácnidos mientras espera la venida de su amo, Dracula, presentado en la novela como una especie de Anticristo dispuesto a crear un ejército de seguidores fieles y muertos en vida.


El mito del no-muerto es una constante en todas las civilizaciones, uno de los pavores ancestrales que albergan las almas del planeta. Y, más allá del tema sobrenatural, los vampiros no solo te llevan el alma, también el cuerpo, y con el cuerpo, la vida, el dinero, tus propiedades. En la sociedad moderna hay muchos vampiros agazapados para succionarte, empezando por el estado, convertido en una maquinaria de triturar y aplastar y transformar en su beneficio tu mera existencia. Ya lo escribió Kafka, un escritor que, como a Stoker, puedes leer perfectamente en blanco y negro, como una película del expresionismo alemán.


Estrenan Nosferatu de Robert Eggers el 25 de diciembre. Se abrirán las puertas del averno para intentar vencer la luz del nacimiento de Jesús. A veces pensamos que con la tecnología y la deshumanización estamos lejos ya de nuestros mitos y creencias, pero a Eggers no le ha pasado desapercibido el día del estreno. La luz y la oscuridad siempre en conflicto. ¿Quién ganará esta vez?

Nosferatu

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