La noticia de que un individuo logró abrazar este miércoles al canciller alemán, Olaf Scholz, en la pista del aeropuerto de Fráncfort (sur) tras colarse en su caravana y sin que interviniesen sus guardaespaldas, avanzada esta mañana por los medios, ha planteado dudas sobre la seguridad del mandatario.
"En efecto, el encuentro y el abrazo que se produjeron ayer en el aeropuerto de Fráncfort no habían sido previstos por el canciller, así que le sorprendieron", confirmó en una rueda de prensa en Berlín uno de los portavoces del Gobierno, Wolfgang Büchner.
No obstante, el canciller en ningún momento se sintió amenazado y confía plenamente en la labor de la policía, afirmó Büchner, que reconoció que aún así el incidente plantea preguntas que serán "esclarecidas de forma minuciosa".
Según informaron esta mañana los medios alemanes, un individuo siguió con su automóvil a la caravana del canciller y penetró así en la pista del aeropuerto, donde, cuando Scholz descendió de su vehículo, se acercó a él, le estrechó la mano y le abrazó.
Büchner dijo no tener conocimiento de que el hombre, que fue detenido de inmediato tras el incidente y sobre el que no ha trascendido ninguna información, intercambiara ninguna palabra con el canciller.
Por su parte, un portavoz del Ministerio del Interior, Sascha Lawrenz, calificó el incidente de "inaceptable" e indicó que el suceso será analizado para establecer cómo se produjo el error y con el fin de tomar medidas que eviten que se repita algo similar.
Explicó que la seguridad del canciller es responsabilidad de la Oficina de la Policía Criminal (BKA) pero que durante los desplazamientos se pone en marcha un complejo operativo en el que participan diversos cuerpos y que en este caso concreto estuvo implicada también la policía del aeropuerto y del estado federado de Hesse.
Lawrenz agregó que la fiscalía ha abierto una investigación contra el individuo que abrazó a Scholz para determinar si cabe la posibilidad de que por su parte se haya producido un delito