La campaña militar en Ucrania entró este sábado en su segundo año de combates sin que de momento se vislumbre su final, sino todo lo contrario: se espera una ofensiva rusa y una contraofensiva ucraniana, mientras aumentan las bajas en ambos bandos.
En las pasadas veinticuatro horas las tropas rusas intensificaron sus ataques, especialmente con el empleo de aviación de asalto y artillería, en los frentes del este de Ucrania, según el parte del Ministerio de Defensa de Rusia, que cifró en torno a 450 las bajas en la filas ucranianas durante la pasada jornada.
A su vez el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania informó que entre ayer y hoy fuerzas del país infligieron 650 bajas mortales a las tropas rusas.
Según el mando ucraniano, en la pasada jornada fueron rechazados más de 70 ataques enemigos, principalmente en la regiones de Jarkov, Lugansk y Donetsk, en el este del país.
"En el sector de Kreminna tres compañías rusas lanzaron un potente ataque, pero fueran rechazadas. De las tres compañías solo dos volvieron a sus posiciones. Los rusos dejaron 70 muertos y otros tantos resultaron heridos", afirmó hoy el jefe de la administración militar de la región de Lugansk, Serhiy Hayday.
En declaraciones a la televisión ucraniana Hayday calificó la situación en la región de "difícil pero controlable".
Las tropas rusas no cejan en sus intentos de capturar la ciudad de Bajmut, un importante nudo de comunicaciones en la región de Donetsk, cuyos alrededores son desde hace meses escenarios de encarnizados combates.
"El enemigo continúa intentando romper las defensas y tomar Bajmut. El comandante en jefe de la agrupación de tropas Este, coronel general Oleksandr Syrskyi, inspeccionó las unidades de la defensa de Bajmut y sus inmediaciones", informó el Ejército de Tierra de Ucrania en su página de Facebook.
Según el comunicado, "los combates se libran en los alrededores y las afueras de la ciudad".
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó a comienzos de esta semana que la defensa de Bajmut es "importante, pero no a cualquier precio" y que allí se luchará "mientras sea razonable" y se prepara una contraofensiva.
De ahí que no se descarte que las tropas ucraniana puedan replegarse hacia el oeste, hacia un nueva línea defensiva, en caso de que sobre ellas se cierna la amenaza de quedar cercadas.
Este sábado las alarmas de ataque aéreo fueron activadas en todo el territorio de Ucrania en dos ocasiones, por la mañana y por la tarde, durante 30 y 18 minutos respectivamente, sin que se informase de momento de ataques rusos con misiles o drones.
Una actualización de inteligencia del Ministerio de Defensa del Reino Unido sobre la situación en Ucrania publicada hoy en Twitter señala que es probable que Rusia haya agotado sus existencias de drones kamikaze de fabricación iraní y esté buscando reponerlas.
Y apoya esta suposición con el hecho de que desde alrededor del 15 de febrero pasado no se ha informado de ataques con ese tipo de drones.
Según el informe, estos drones no tiene un buen historial de destrucción de objetivos, pero posiblemente Rusia los ve como un señuelo para distraer a la defensa antiaérea ucraniana de los misiles de crucero rusos, que son muchos más eficaces.
El portavoz el Ministerio de Defensa de Rusia, teniente general Ígor Konashénkov indicó que los ataques de las fuerzas rusas abarcaron una amplia geografía de las regiones orientales ucranianas, pero no informó de avances concretos sobre el terreno ni comunicó el número de bajas propias.
La última cifra oficial que dio Rusia sobre el número de soldados caídos en Ucrania fue en septiembre del año pasado, siete meses después del inicio de las operaciones militares.
Entonces, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, informó de 5.937 muertos en las filas rusas.
Según el recuento del medio independiente Mediazona y el servicio en ruso de la cadena de televisión británica BBC, más de 15.000 soldados rusos murieron en Ucrania en los últimos doce meses, más que los reconocidos oficialmente por Moscú en la guerra de casi diez años en Afganistán.