La urbe de Paiosaco, en A Laracha, fue escenario este domingo de su gran feria de ferias, la vinculada a la cereza.
En esta ocasión sólo se comercializaron 5,5 toneladas (casi dos menos que el pasado año), en lo que influyó el efecto de las tormentas sobre la fruta cultivada en el Valle del Jerte (Cáceres), que limitó la oferta entre un 20 y un 30% en relación a ediciones anteriores.
Junto al producto procedente de la citada comarca extremeña, en el recinto ferial de Paiosaco como ocurre cada primer domingo de julio destacó el cultivado en Zaragoza y A Rioja.
Otra nota destacada fue la ausencia casi total de cereza autóctona, otros años representada por la procedente de Ourense y Lugo.
En ediciones pasadas la fruta de la comarca tuvo asimismo una presencia testimonial con cultivadores de Rus-Carballo y de Anxerís-Tordoia, sin embargo este domingo esa representación fue totalmente nula.
Un frutero de Baio y otro de Larín (Arteixo) aportaban las mayores cantidades de cerezas– si bien cultivadas en otras comunidades– y uno de ellos superaba las dos toneladas.
Menos cantidad, unos 400 kilos, tenía un comerciante de Zas mientras que había al menos otros tres con 300 kilos, dos de ellos de Carballo y uno de Padrón, junto a otros tenderos con aportaciones menores.
En lo que concierne a la venta al público, se barajaban precios desde 5 a 8 euros el kilo, aunque algunos ejemplares, en función del calibre y grado de maduración de la pieza, llegaban a los 10 euros el kilo.