El estado de deterioro del hormigón que no había sido detectado inicialmente sumado a los trabajos de reparación que se realizaban sobre la infraestructuras provocó el colapso del viaducto de O Castro que conecta las provincias de Lugo y León por la A-6.
Así lo indican los informes preliminares encargados por el Gobierno central a dos compañías expertas en infraestructuras para conocer las causas del derrumbre el pasado mes de junio con menos de una semana de diferencia de dos vanos del viaducto que actúa como carriles en sentido A Coruña de la autovía A-6.
Las conclusiones de estos estudios --elaborados por las consultoras Ideam y MC2-- han sido desveladas en rueda de prensa por el secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, Xavier Flores, que ha avanzado que la previsión es adjudicar por la vía de urgencia antes de que concluya este año los trabajos para rehabilitar el viaducto en dirección Madrid con el objetivo de su reapertura al tráfico en el segundo semestre de 2023. Para la reparación del viaducto colapsado habrá que esperar a 2024.
Los informes, avalados por el Colegio de Ingenieros de Caminos, apuntan que el hormigón de las estructuras internas de los vanos que cedieron presentaban un estado de deterioro "mucho mayor" al detectado durante las inspecciones que determinaron el cierre del viaducto para proceder a su reparación.
Con todo, las consultoras coinciden en que una operación que formaba parte de los trabajos de reparación, el derribo de elementos internos a través de agua a presión para su sustitución, fue el factor que desató que los vanos colapsasen, ya que "de forma puntual" se superó la superficie sobre la que estaba previsto inicialmente actuar.
Según ha recalcaldo el resposnable de Infraestructuras, la caída de los vanos se produjo por "la confluencia" de estas dos circunstancias: un hormigón "cansado", en "peor estado" del "esperado", y la demolición en exceso de los elementos internos que se pretendía rehabilitar.