El vicepresidente segundo de la Xunta, Diego Calvo, presentó ayer los presupuestos de su departamento para 2023, que engloba 342 millones para “mejorar” los servicios prestado por entidades locales, la Administración de Justicia, el refuerzo de la atención a las emergencias, el apoyo al tejido deportivo y la acción exterior.
Son unos presupuestos que suben un 12,9% con respecto al año pasado, por encima del 8,5%, pero no exentos de polémica con la oposición, que si bien ven con buenos ojos el aumento de algunas partidas, critican el reparto de los fondos a los ayuntamientos, que tildan de “discrecional” y “clientelar”.
Fondo de cooperación local
El reparto de estos fondos sirvió la disputa entre la oposición y la Xunta, que defifi ende los incrementos en los fondos adicionales. Concretamente, el fondo de cooperación local mantiene la partida base en 113 millones de euros en el proyecto de presupuestos de la Xunta para 2023, mientras duplica la adicional, que pasa de 12,9 a casi 30,5 millones de euros.
De este modo, entre el fondo base y el adicional, la cuantía total asignada al fondo de cooperación local asciende a 143,5 millones, un 14% más que en el año anterior, “con 17,4 millones de euros adicionales”.
Calvo rechazó las acusaciones de distribución “clientelar” y devolvió la crítica por el reparto
de las ayudas provocadas por los daños del lobo, ya que Galicia está excluida debido a que no suscribió la estrategia de protección.
“Por eso presentamos un recurso”, manifestó sobre una decisión que fue, precisamente, abordada este jueves en Consello de la Xunta.
Castigo a los gallegos
El vicepresidente segundo censuró que “se castigue a los gallegos”, porque “los perjudicados son los ganaderos que ven como el PSOE no le da fondos” por no aceptar un plan del Gobierno. “Y vienen a hablar de clientelar”, criticó Diego Calvo, quien dijo que no será así, sino que todos los fondos “van a ir con criterios objetivos”.
A modo de ejemplo, puso que en el reparto de ayudas para contratación de policías de diez, “dos fueron para ayuntamientos gobernados por el PP; mientras que para la adquisición de vehículos policiales, de dieciocho, “cinco” fueron para municipios gobernados por los populares.
“¡Caray!, ¡qué reparto clientelar se hace con estas subvenciones que hace la Xunta!”, ironizó
Diego Calvo, quien concluyó que “criticar cosas en las que no tienen ningún tipo de razón, le quita toda la razón no para este debate, sino para los siguientes”.
Un reparto objetivo
El diputado del BNG Iago Tabarés reclamó “un reparto objetivo y no clientelar” de los fondos de cooperación local, y advirtió de hay convocatorias que no respetan “el reequilibrio territorial”, porque hay ayuntamientos que “no tienen ni fifi bra óptica” para poder conectarse y acceder a convocatorias sobre las que insinuó parecer haber “información privilegiada”
en algunas ocasiones.
En esta misma línea, la diputada del PSdeG Paloma Castro ha acusado a la Xunta de “asfifi xiar” a los ayuntamientos mientras “incrementa lo que reparten de manera discrecional” las ayudas, que se “agotan en diez minutos” o se “publica a las doce de la noche”, lo que provoca que “mientras que unos se lo llevan todo, otros nada”.
Los grupos de la oposición, por su parte, lamentaron unos presupuestos que consideran “continuistas”. “Continuistas, sí, porque continuamos haciendo las cosas bien”, les respondió, por su parte, Paula Prado (PPdeG).