Cada vez son más las personas que se animan a crear su propio negocio. Los primeros pasos como autónomo, la constitución de una sociedad o la creación de un nuevo proyecto empresarial son algunos de los trámites que deben llevarse a cabo en dicho proceso. Resulta imprescindible contar con una buena asesoría que pueda orientar en la gestión legal e, incluso, en la toma de decisiones.
Las asesorías deben dar consejo a los clientes en materia de gestión de impuestos y pago de salarios e IRPF de los trabajadores, realizar las liquidaciones trimestrales del IVA o del impuesto de sociedades, entre otros. Contratar los servicios de una buena asesoría puede hacer también que mejore el rendimiento del negocio. Delegar tareas y externalizar determinados servicios podrán ahorrar una gran cantidad de tiempo y trabajo. Las asesorías están al día de las novedades que surgen en el ámbito mercantil. Esto incluye cambios en las leyes y reglamentos, pero también la creación de subvenciones para los negocios.
La asesoría legal también es una parte importante dentro de la actividad de una asesoría. Son despachos especializados en la ayuda al cumplimiento de la normativa en materia de Derecho. Se encargan de la elaboración de documentos legales y jurídicos de cualquier índole y también de la asistencia legal a la empresa en caso de delitos económicos.
Pero además de esto, prestan ayuda en muchas otras materias: en actividades de derecho administrativo -revisión de discapacidades, dependencia de la unidad familiar, etc-; en cuestiones de derecho civil y fiscal: donaciones, herencias o reclamaciones, entre otros; trámites de derecho asociativo; o servicios de derecho laboral: protección de datos, prestaciones, jubilaciones, incapacidad laboral, seguros médicos, etc.
Un asesor proporciona tranquilidad: saber que los asuntos legales están en manos de un profesional hace que el cliente no deba preocuparse de si están correctos. Cuando no tienes que encargarte de los temas burocráticos, cuentas con más tiempo libre para dedicar a tu negocio. No hay nada mejor que delegar un apartado crítico a profesionales de confianza.