Cuando se realiza esta entrevista han pasado exactamente tres días desde la rueda de prensa de despedida de José Luis Lemos como entrenador del Bergantiños. Tres años y tres días de muchas alegrías y algún que otro sufrimiento. Los malos momentos se concentraron esta temporada, la cuarta (tercera completa) del santiagués en Carballo.
¿Fue una dimisión o un cese?
Después del partido contra Compostela, tenía la sensación de que al equipo le faltaba algo. Perdíamos partidos en los que estábamos haciéndolo bien. No éramos capaces de ganar. No recuerdo la puntuación en la jornada 9, pero era muy baja y yo soy el reúne al presi, a Juan Lorenzo y a Cendán. Les expongo que estoy preocupado y les digo: si queréis hacer algo, sabéis que conmigo no vais a tener ningún problema. Quería conocer lo que pensaba el club. Después de eso vinieron las dos victorias contra Burgos y Ourense. Me olvido del tema aún sabiendo que iba a haber dificultades.
Los resultados no fueron buenos en diciembre.
El partido contra el Polvorín, último de 2022, fue el que peores sensaciones me dejó y creo que al club también. Llega el parón, te rearmas un poco y pensamos en seguir y en fichar algún jugador. Vamos a Coruxo, con un cambio de dibujo que trabajamos esas semanas, y estuvimos muy bien, pero perdimos 3-0. El lunes les dije: creo que si no le ganamos al Oviedo me tengo que ir. Un día después me reúno con Chano y con Juan Lorenzo y me dicen que no, que de eso nada, que si hay que descender será conmigo, que tengo que sacarlo yo, que el presi no conoce mejores entrenadores que yo. Pero yo sabía que volver el lunes sin ganar al Oviedo sería muy complicado y más aún perdiendo.
Y el Bergantiños pierde contra el Oviedo Vetusta.
Acabó el entrenamiento del lunes y tenía dos llamadas perdidas de Juan. Esperé a que me volviese a llamar, le cogí y me preguntó: ¿cómo estás? Le respondí: jodido, ¿cómo voy a estar? Me dijo: está la cosa complicada, ayer tuvimos una reunión, ¿tú qué piensas? Le contesté: yo pienso lo mismo que el lunes pasado, que si no le gané al Oviedo no tengo que estar. Me pidió que fuese a tomar un café y le dije que sí, que lo arreglaríamos de mutuo acuerdo. Así fue toda la película. Se le puede llamar cese o que yo dimito. Si les pidiese que me diesen una semana más probablemente me la diesen, pero terminó ahí.
Pero le dijeron que si había que descender sería con Lemos.
Ellos creían que podíamos ganar al Oviedo. Futbolísticamente podíamos hacerlo, pero tal y como estábamos se vio que no. Ellos confiaban en terminar la primera vuelta con 19 puntos, traer dos fichajes más Beceiro para poder relanzar un poco la situación. Nunca me dieron un ultimátum.
El lunes estaba muy cansado, hubo mucha emoción, sobre todo por la tarde con lo del presi y la rueda de prensa
¿Poner el cargo a disposición del club dos veces era la crónica de que no iba a terminar la temporada al frente del equipo?
La primera vez quería saber qué pensaba el club de lo que estaba viendo yo. En Coruxo sí me hubiese ido. Esa sí pudo ser una dimisión que frenaron ellos. Siempre me mostraron muchísima confianza hasta el último momento. Cuando no ganas en Coruxo, te queda solo un partido de la primera vuelta, tienes 16 puntos, las distancias se rompen más y percibo que ganar tres o cuatro partidos de cinco tal y como estaba el equipo era difícil.
¿Durante algún momento del partido contra el Oviedo se dio cuenta de que iban a ser sus últimos minutos como entrenador del Bergantiños?
No. Con el penalti y el 0-2 piensas que ya tienes muy pocas opciones, pero no. Cuando me fui para el vestuario y me duché antes de la rueda de prensa sí lo pensé.
¿Dijo algo en el vestuario al acabar su último partido?
No, nunca hablo después de los partidos.
¿Se va para su casa sabiendo que deja de ser entrenador del Bergantiños o eso sucede al día siguiente con la llamada de Juan Lorenzo?
En las dos veces anteriores fui yo el que dio el paso por si el club quería hacer algo y creo que esta vez no me correspondía a mí, pero no ganar al Oviedo era una situación crítica para mí como entrenador. Esperaba lo que pasó, que Juan me llamara, me preguntara cómo estaba y que se desencadenara lo que se desencadenó.
¿Qué es lo primero que hace después de esa llamad?
Hablo con el cuerpo técnico, reúno también a los capitanes y les digo que tengo una reunión y que creo que esto va a acabar aquí. Después me duché y bajé a tomar ese café.
Desde que habla con el vicepresidente hasta la rueda de prensa de las 18.30 horas, ¿qué hace Lemos?
Me quedé a comer en Carballo con el cuerpo técnico. Después fuimos al campo a recoger nuestras cosas y estuvimos todo el día por allí. Le envié un WhatsApp a mi mujer, que estaba trabajando y lo vio más tarde, pero era algo que también intuía y después se lo dije al resto de la familia también por un grupo de WhatsApp.
¿Llegó a despedirse de toda su plantilla?
No. Y tampoco me parecía oportuno volver el miércoles ya con otro entrenador allí.
Termina la rueda de prensa. ¿Qué hace?
Me fui a tomar algo con el cuerpo técnico y con un utillero que no podía estar en la rueda de prensa y que me pidió que esperara en Carballo para tomar algo con él. Después me fui para casa.
Estuvo acompañado durante todo el día. ¿Cómo fue el primer momento solo?
Estaba muy cansado, hubo mucha emoción, sobre todo por la tarde con lo del presi y la rueda de prensa.
¿Y al llegar a casa?
Lo comenté un poco por encima y me puse a hacer cosas normales de un día en casa sin darle mucha importancia. A mis hijos les expliqué que a veces las cosas no salen como quieres por mucho que trabajes. No me iba a poner trágico delante de la familia. Hay que darle normalidad.
Me sorprende que estoy mucho más tranquilo de lo que pensaba que iba a estar. Tienes una especie de tristeza, de alivio, de orgullo
¿Han cambiado sus sensaciones a lo largo de estos tres días sobre lo sucedido?
Me sorprende que estoy mucho más tranquilo de lo que pensaba que iba a estar. Tienes una especie de tristeza, de alivio, de orgullo... Repasas la trayectoria en el club, te gustaría que acabara de otra manera, pero creo que salí bien. Di un paso al lado para intentar ayudar de otra manera porque conmigo dentro creo que no iba a cambiar. Estoy muy tranquilo.
¿Impresiona ver a una personalidad como Chano Calvo emocionarse?
Muchísimo. Muchísimo porque sé lo que sufre. Cuando yo llegué al club estaba en una situación parecida pero en Tercera y ya pude ver que sufría. Me demostró muchas veces el cariño que me tiene, lo que me aprecia, con buenos mensajes y buenas llamadas incluso en los momentos complicados. Para él era un trago complicado y así me lo dijo antes de dar la rueda de prensa. Somos personas y hay sentimientos.
¿Hubo algún momento de la rueda de prensa que le tocase la fibra?
Cuando él empezó a hablar, dirigiéndose a mí como lo hizo, ya no solo por lo futbolístico sino por lo personal. La gente que ve la rueda de prensa no ve a las personas que yo tenía enfrente y que yo veía llorar. Desde algún empleado, gente mayor, miembros de mi cuerpo técnico, gente de la directiva... Claro que impone. A mí se me entrecortó la voz en algún momento porque me costaba ver aquello.
¿Le reconforta que su presidente dijese que con Lemos se ha visto el mejor fútbol de la historia del club?
Como entrenador, cuando sales de un club, tienen que pensar que eres buena gente, que eres honrado y si, aún encima, te dicen que con tu equipo vieron el mejor fútbol en 100 años de historia del club, ¿qué más puedes pedir? Claro que me reconforta. En el momento no te das cuenta, pero sí lo analizas cuando mucha gente te dice “cuando el presidente dice esto y muchos lo pensamos”, como entrenador no puedes pedir mucho más.
¿Lo pasó mal esta temporada?
Muy mal.
¿Por qué?
Porque el desgaste es muy grande, es brutal. Asumir tantas cosas te desgasta diez veces más que solo la posición de entrenador, que ya es bastante. Cuando las cosas no salen, cuando le das mil vueltas, cuando todo lo que trabajas, pruebas, ves que no va, ves que las cosas no son como te gustaría que fueran y que para cambiarlas te cuesta mucho, sufres muchísimo. El entorno también está preocupado y todo es sufrimiento. Eso es durísimo. Viví momentos complicados, pero lo supe llevar bien. El entrenador tiene que mostrar más entereza que los demás, tiene que saber estar y aguantar, pero fue duro.
Se queja de que asumía demasiadas cosas, pero es algo que usted decidió asumir.
No es una queja, es una realidad. Si no estaba directamente metido en las decisiones, era difícil que se pudiera avanzar. Tienes que estar y estás mucho, demasiado. Funcionó así y salió bien el año pasado. Funcionó así y no salió tan bien hasta diciembre de este año.
¿En quién se apoyaba para seguir adelante?
El cuerpo técnico siempre ayuda mucho, la familia, los amigos... La gente más cercana a ti sabe que estás sufriendo, que lo estás pasando mal.
En su primera temporada completa consiguió un ascenso, en la segunda un sexto puesto en una nueva categoría. ¿Se equivocó renovando?
No creo que me equivocara, pero esto se puede ver de muchas maneras. A veces lo inteligente es pensar: si no voy a mejorar esto, ¿para qué voy a estar? Todo se va a ver como peor. Si tienes la sangre fría y no tienes dónde entrenar, puedes irte para casa tranquilo y esperar. Pero el reto del centenario, y decirle que no a Chano cuando ya tienes trato con él y le conoces es muy complicado. Me apetecía seguir entrenando en esta categoría. Era una mezcla de muchas cosas. Decidí seguir y no salió bien, pero ahora ya no se puede echar uno atrás. Lo asumí y salió mal. Salió mal desde el principio.
A veces lo inteligente es pensar: si no voy a mejorar esto, ¿para qué voy a estar?
¿Falló en la confección de la plantilla?
Sí, seguro. En algunos aspectos no pude hacer nada. Quería renovar a Escobar y se fue por una oferta mejor. Quería renovar a Yelco y se fue por una oferta mejor. Quería renovar a Hugo Díaz y se fue por una oferta mejor. Brais se fue al Racing de Ferrol. Christian regresó al Polvorín. Agulló no jugó hasta diciembre por lesión. Seis de los que prácticamente jugaron toda la segunda vuelta del año pasado ya no estaban y había que hacer un equipo nuevo. El mercado gallego para el Bergantiños en Segunda Federación es prohibitivo. Puedes firmar lo que no quieran los otros equipos. Tú no le vas a quitar un futbolista económicamente ni al Compostela, ni al Arenteiro, ni al Coruxo. Entonces tienes que ir fuera y si no tienes un control grande de la categoría o de los futbolistas que traes, el margen de que te equivoques es mucho más alto. Y pasó eso.
Afirma que se equivocó en la confección de la plantilla, pero el acierto o el error debería corresponderle a un director deportivo, no al entrenador.
Si lo tengo que hacer yo, está claro que algo no funciona. Eso es así porque hay que tener muchísima más información para fichar, para que el margen de error sea menor. Después te puedes equivocar igual, pero si hay alguien que esté haciendo ese trabajo durante meses con poder de información, con poder de ver muchos más partidos, de verlos en directo, siempre lo vas a hacer mucho mejor que haciéndolo como lo tuve que hacer yo estos dos años. A lo mejor no estás fallando en el futbolista, pero se tiene que adaptar al club, a Galicia. Son muchos detalles que pesan cuando las cosas no arrancan bien.
El campo de As Eiroas, ¿es una excusa o es una dificultad para Lemos?
Para mi modelo es una dificultad que siempre la tuve presente y me llama la atención que fuimos capaces de adaptarnos bien. Pero el margen de cambiar las cosas durante un partido es mucho menor que en otros escenarios. En As Eiroas, cuando estás por detrás en el marcador, o tienes un fútbol directo muy potente, o tienes un balón muy potente, o solo a través del juego es muy complicado. As Eiroas no es solo el césped, es el clima, el viento, cuando no llueve lo seco que está el campo... Son muchos pequeños factores que si te va bien, también es una dificultad para el rival, pero cuando no te va bien tienes muy poco margen de cambiar. Fuera de casa hemos empezado partidos perdiendo, hemos cambiado cosas y mejoramos, pero en casa es difícil que cambien mucho los partidos.
¿Le ha decepcionado algo o alguien?
Sí, como también habrá gente decepcionada conmigo, pero es la ley del fútbol.
¿Se esperaba más de alguien?
Sí, hay gente de la que me esperaba mucho más. Cuando llevas 36 meses en un sitio y en los dos o tres últimos percibes cosas que no percibías en los otros 33 porque la situación no va igual de bien, sientes decepción. Uno siempre espera que la gente que tiene cerca esté a tu lado en los momentos complicados. Después tú te tienes que ir o no, o te tienen que echar o no, pero sí que he notado cierto distanciamiento. Yo no voy a permitir que estos últimos meses pesen más que los 32 anteriores pero sí he visto comportamientos diferentes en la derrota que en la victoria, pero no solo en el vestuario, en los futbolistas, en los entrenamientos... En todo el mundo.
Si puedes elegir un presidente que te haga sentir cómodo y a gusto, ese es Chano
¿Ha notado falta de apoyo?
A veces, el mejor apoyo es estar al lado del que está pasándolo mal aunque estés en desacuerdo con él, incluso aunque no digas lo que piensas. No vamos a estar de acuerdo, me lo callo, pero estoy aquí a tu lado, porque tú eres el mismo que estuviste aquí 30 meses haciéndolo bien. Cada uno sufre a su manera y unos lo aguantan y saben disimularlo, otros no... Las relaciones van muy marcadas en función de cómo van las cosas, eso está clarísimo.
¿Cómo ha sido la relación presidente-entrenador en el Bergantiños en los tres últimos años?
Si puedes elegir un presidente que te deje trabajar, que solo te muestre apoyo, que siempre esté tranquilo aunque sufra y te lo diga, que te haga sentir cómodo y a gusto, ese es Chano. Chano es (se emociona)... Me jode por él.
¿Qué tipo de relación tienen Chano Calvo y José Luis Lemos?
No hablaba más de cuatro veces al mes con él, pero es una persona que te demuestra confianza máxima en los malos momentos: una llamada antes del partido, un mensaje después de una derrota. Es de esas personas que transmiten algo diferente. Sabes que va a estar ahí cuando muchos no están. Es el presidente que todos los entrenadores querrían tener.
¿Cómo definiría al Bergantiños como club?
Para estar en Segunda Federación, demasiado familiar. Lo familiar está bien hasta un límite. Llegada cierta categoría, llegada cierta exigencia, llegado cierto perfil de futbolistas que traes, tienes que ser de otra manera. Yo no creo que sea un entrenador que pase de perfil por los vestuarios. Me desgasto, voy de cara, digo lo que pienso. Eso jode mucho y consigues gente que te quiere mucho y gente que te odia mucho. Los clubes, a este nivel, también tienen que ser así. Lo familiar está muy bien un poco más abajo; donde ganas a la gente por el corazón... Esto ya es más profesional.
¿Por qué no es más profesional una entidad como la del Bergan?
Por profesionalidad hablo más de las relaciones, de las distancias, de la exigencia. No es que debas tener tres o cuatro puestos directivos más o que tu cuerpo técnico, en vez de estar formado por cuatro, sea de ocho. No por eso vas a ser más profesional. Hablo de las relaciones, de la exigencia. Hay cosas que yo creo que no se deben de dar a este nivel. Igual que tiene cosas buenas por ser muy familiar, tiene cosas que creo que le perjudican mucho.
Para estar en Segunda Federación, el Bergantiños es un club demasiado familiar
¿A qué se refiere con falta de profesionalidad en las relaciones?
Si tienes la facilidad para hablar con cualquier alto cargo del club –sin ser el presidente– y decir lo que te dé la gana de quien te dé la gana, no es positivo.
¿Ha recibido alguna llamada que no se esperase?
He recibido llamadas y Whatsapps de futbolistas que entrené en el 2008 y en el 2011, gente con la que hace siete años que no hablo. Las que más me llaman la atención son de jugadores a los que les di la baja, como Lamelas, que me escribió un mensaje precioso. Creo que nunca estuve tanto tiempo pegado al teléfono como estos días.
¿Alguna le emocionó?
La gente con la que trabajé en el club: el utillero, el delegado... A todas estas personas que quieren mucho al club las valoro muchísimo.
¿Qué opina de las pullas que ha habido para @lemosam en Twitter?
Que es parte de la sociedad en la que estamos, de las redes sociales. Te das cuenta de que están esperando a que te vaya mal. A muchos los tengo bloqueados porque sabía que esto podía pasar y más en la posición de entrenador. Yo también sé que el 90% de los jugadores a los que les di la baja no mejoraron deportivamente. No fueron a clubes mejores, por lo que mucho no me equivoqué. Desde la distancia es muy fácil intentar hacer daño a alguien. Doy bajas, como lo hacen otros entrenadores, pero nunca les insulté por redes, ni mucho menos. Me quedo más con que me llame Aitor Díaz, que hace ocho años que no hablo con él, o que me escriban Yahvé, Suso, Paco, Reguero... ¿Me voy a quedar con los cuatro que suben un tuit o que se alegran de que me vaya?
Tenía claro que el ciclo sí se acabaría esta temporada, pero no lo pude acabar
Se va en una situación difícil, similar a la de su llegada al club en 2020.
Sí, muy complicada, después de ganar el entrenador que estaba, pero ya habían estado reunidos conmigo antes y se hizo igual. Además, una persona como Borja, que vino a vernos después. Lo vi 30 o 40 veces en As Eiroas. Para él fue un palo durísimo y un día lo pudimos hablar. Mi primer partido lo perdimos 0-3. Tenía mis dudas de ser capaz de hacer lo que a mí me gusta en ese campo. Recuerdo que entré en As Eiroas y vi que en el 2023 era el centenario. Pensé: qué lejos quedo eso. Llegué. No lo completé, pero llegué.
¿Le fastidia que se haya dado esta situación en la temporada del centenario?
No, me fastidia que sea, no que sea en el centenario. Si esta temporada nos hubiésemos salvado, esta sería una obra redonda para mí por todas las temporadas y tenía claro que el ciclo sí se acabaría, pero no lo pude acabar.
¿El de esta temporada era mejor equipo que el de la pasada?
En primer lugar, me encargué de decir que el objetivo era consolidar al club en la categoría. Segundo, sabía que había ido a un mercado que no conocía al 100%. Tercero, gastamos menos dinero que el año pasado. La plantilla de la temporada pasada era de 21 jugadores y este año éramos 18 más un juvenil con un presupuesto un poquito más bajo. Conseguimos fichar más barato.
Hay quien cree que el Bergantiños hizo un esfuerzo económico mayor para esta temporada por ser la del centenario.
No es así y se puede demostrar. Fichamos jugadores de fuera porque aquí nos resulta imposible. Individualmente sí era un equipo que parecía que podía hacer muchas buenas cosas; estoy convencido. Pero como equipo, no es el del año pasado. Ni el grupo ni el espíritu lo son.
¿Cuándo percibe que el equipo no es como el de la temporada pasada?
Pronto. Como cuando ves a las personas en las malas situaciones, ves a los equipos cuando compiten y cuando las cosas no salen bien.
¿Le ha perjudicado esta temporada como entrenador?
No lo creo. ¿Me benefició la pasada? ¿Quién mide eso?
Se dice que el fútbol no tiene memoria.
Es lo más reciente, pero ya me ha pasado. Me pasó algo peor, un cese en 2011 y mira dónde estamos.
En una entrevista en dxt dijo que se veía capacitado para entrenar en Primera Federación. ¿Lo mantiene?
Creo que estoy todavía más capacitado.
Podría sonar soberbio.
Mi experiencia es diferente. Mi forma de entrenar, de analizar y de ver es mucho más completa. Sigo siendo pasional, pero no tanto. Creo que elijo mejor en los partidos. Después puedes ganar o no ganar. En los partidos del Bergantiños de esta temporada no nos pasaron por encima, no fuimos una banda y en muchas ocasiones fuimos dominadores, creamos situaciones. Creo que sí estoy muy preparado, pero ya sabemos cómo es esto.
Si me llamaran de más arriba iría mañana, pero no es fácil
¿Lo ha tanteado ya algún equipo?
Sí, por segunda vez uno del extranjero. La misma noche del lunes. Me quedé alucinado porque pensé que esas cosas no pasaban. A mí no me había pasado nunca.
¿Va a dejar pasar esta temporada?
Si me llamaran de más arriba iría mañana, pero no es fácil. Son cuatro meses hasta mayo, así que esta habrá que dejarla pasar.
¿Este fin de semana va a ir a ver fútbol?
El sábado voy a ir a Riazor y el domingo tenía pensado ir a ver el Arteixo-Silva. Para que vayan sabiendo que voy a estar por los campos. Además, soy socio del Arteixo y voy a ir a verlo porque nos jugamos mucho para salvarnos.
Ahora tendrá más tiempo para ver partidos de Hugo Lemos. ¿Qué tipo de padre es en la grada?
Muy poco intervencionista. Hablo cuando me pregunta. Como la gente me va conociendo, quieren que opine del equipo de mi hijo, del compañero de mi hijo. Lo veo casi siempre solo. Lo que sí hago, algo que pensé que nunca iba a hacer, es ir a la portería en la que está él en cada parte. Lo veo mejor si estoy muy cerca.
¿Le hubiese gustado que no fuese portero?
Es la posición más horrorosa del mundo para un padre. Cuando son muy pequeños, porque comen goles por la estatura, algo normal. Cuando son más mayores, porque sabes que un error se magnifica. Es más, yo, que me gusta que mi portero juegue con el pie, sufro cuando lo hace mi hijo. Puede más lo familiar que lo futbolístico. Muchas veces le digo: pégale, no te líes más.
¿Con qué mensaje se despide de los banquillos hasta sabe dios cuándo?
Me gustaría volver pronto. Me gustaría entrenar. No salgo tan quemado como salí otras veces. Quería salir bien de Carballo y el club se encargó de que saliera bien. No estoy dolido, no estoy jodido. Estoy preocupado por la situación del club. Me gustaría que se quedara en Segunda Federación, pero no estoy quemado. Yo me encontraba bien. Probé diferentes dibujos, diferentes posicionamientos, cosas que a veces no hacía para ver si ayudaban al equipo aunque no me gustaran mucho. Probé cosas, las trabajé y me sentí bien como entrenador dentro del sufrimiento.
Me gustaría volver pronto. Me gustaría entrenar. No salgo tan quemado como salí otras veces
¿Le sorprendieron las decisiones de todo su cuerpo técnico?
No me sorprendió porque me lo habían dicho. Pero una cosa es que lo digan y otra es que todos lo hagan o lo puedan hacer. En eso fui muy claro con ellos en la comida del lunes. Conmigo no está nadie atado. Lo único que tienen que decirme es que se quieren quedar. No me digas me voy a ir y después te quedas. Si te quieres quedar, es normal. En prácticamente todos los casos, el Bergantiños era su único ingreso y yo se lo hice ver. Si lo necesitáis, no os sintáis mal. Hasta Cristian, que trabajaba con el Juvenil por las tardes y con nosotros por la mañana en la readaptación, un chico que vale su peso en oro, también se fue hasta del Juvenil. Son decisiones personales porque yo no les puedo decir que al próximo equipo podré llevar a cuatro, a tres o a ninguno. Esto, por desgracia, no es la élite, que te da un finiquito para un año. Entonces todavía tiene más mérito.
¿Va a ir a ver al Bergantiños?
En As Eiroas no. Fuera iré: a Santiago, a Ourense, a Lugo... A As Eiroas me va a costar más ir. Creo que hay que dejar pasra tiempo. No vas a interferir en nada, pero tampoco voy a ayudar. Para no ayudar prefiero no ir. Va a ser difícil.