El Desembarco de Corcubión que tenía lugar la noche del viernes dentro del programa del mercado medieval, volvió a convertirse en el plato fuerte del evento, con todo un pueblo entregado a la recreación de los hechos históricos, que se remontan a 1457. Más de un centenar de personas participaron en la recreación, desde el alcalde, Francisco Javier Domínguez, Drok, hasta otros miembros de la Corporación, niños y adultos, con la implicación de las distintas agrupaciones locales como Farándula Velutina, Universidade Popular de Corcubión y la Escuela de Teatro.
Aunque tuvieron que detener la recreación al poco de comenzar por la falta de un niño de corta edad, la rápida aparición hizo que continuasen de nuevo con el espectáculo en la playa de Quenxe, seguida por un ejército de gente, apostada desde tiempo antes para asegurarse un buen lugar para no perderse ningún detalle.
Hombres y mujeres de Corcubión acudieron a la llamada de Gómes de Rioboo para defender la villa ante la llegada de las tropas del Arzobispo Rodrigo de Luna, que aprovecharon la ausencia del señor para intentar hacerse con la villa. Pero el pueblo se levantó en armas, cada cual con lo que tenía a su alcance, y defendió lo suyo con uñas y dientes, incluso con su propia vida, como el vasallo Rioboo que demostró su lealtad a los señores, Rodrigo de Moscoso y Xoana de Castro.
Al finalizar la recreación del Desembarco en la playa de Quenxe, un nuevo espectáculo de fuego y malabares acompañado de música cerró el mercado, que ayer abría de nuevo sus puertas y un lleno a rebosar. Música ancestral, bufones, melodías del medievo, demostración de luchas medievales, cetrería o la batucada de Rapacollóns amenizaron la jornada en medio de los puestos de artesanía o gastronomía que llenaban la localidad. El mercado cierra este domingo sus puertas.