El conflicto laboral en el sector de los cuidados en Galicia continúa escalando. Las trabajadoras de las residencias privadas de Carballo y Vimianzo se sumaron el martes a la segunda jornada de huelga convocada por la CIG-Servizos en toda Galicia. Reclaman un convenio colectivo digno, mejores condiciones laborales y un salario justo que reconozca el valor de un trabajo esencial que afecta a miles de personas usuarias en centros residenciales y de día.
Las concentraciones se celebraron delante de los centros DomusVi de Vimianzo y Carballo, donde también participaron trabajadoras en servicios mínimos que aprovecharon los cambios de turno y los momentos de descanso para mostrar su apoyo a la protesta. En Carballo, además, las empleadas realizaron una manifestación que recorrió el trayecto desde la residencia hasta la Praza do Concello, como acto simbólico de visibilización.
La CIG-Servizos valoró de forma muy positiva esta segunda jornada de huelga, destacando el compromiso de las trabajadoras en un contexto de “dificultades que existen polos abusivos servizos mínimos”. El sindicato agradece la disposición del personal a seguir movilizándose y reafirma su determinación en intensificar las acciones si no se producen avances significativos en la negociación.
Desde el sindicato hacen un llamamiento a participar el sábado en una manifestación en Santiago. Con salida prevista a las 11 horas desde la Alameda, se espera que sea una demostración masiva de fuerza frente “ao inmobilismo da patronal e á inacción da Xunta de Galiza”. Además de las trabajadoras de residencias, también participarán las profesionales del Servizo de Axuda no Fogar. La huelga continuará con nuevas jornadas previstas para los días 7 y 21 de mayo.
En el caso concreto de Vimianzo, las trabajadoras acordaron en asamblea convocar una nueva concentración el 8 de mayo a las 12 horas delante de la Casa do Concello, coincidiendo con el día de mercado. La intención es seguir visibilizando la situación de precariedad laboral que denuncian desde hace meses y presionar a las administraciones y empresas responsables.
Entre los problemas más recurrentes que exponen se encuentra una carga excesiva de trabajo, la asunción de tareas que no les corresponden, la falta de tiempo suficiente para atender adecuadamente a las personas usuarias, salarios bajos y unas ratios laborales que califican de desfasadas. En palabras del sindicato, “as pretensións patronais de consolidar a precariedade laboral e a pobreza salarial no novo convenio” están llevando al límite a las trabajadoras, que reclaman un reconocimiento real a su labor.
Desde la CIG-Servizos se señala también la falta de voluntad negociadora de la patronal, que mantiene paralizado el proceso desde octubre de 2024, lo que ha supuesto una pérdida continuada de poder adquisitivo para el colectivo. “As táboas salariais das categorías máis baixas xa quedaron por debaixo do SMI”, denuncia el sindicato, evidenciando el deterioro progresivo de las condiciones económicas del personal.
Tampoco escapan a las críticas la Consellería de Política Social y la Xunta de Galicia, a las que acusan de mirar hacia otro lado. Desde el sindicato recuerdan que “aínda non respondeu á solicitude de reunión que fixemos en setembro” y lamentan que la administración autonómica haya optado por desentenderse del conflicto a pesar de su implicación directa en el modelo de cuidados. “A Xunta ten que tomar en serio as demandas das traballadoras e implicarse tanto na negociación colectiva como na dignificación das condicións laborais e salariais”, afirman.