El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha lanzado oficialmente el concurso para adjudicar los derechos de acceso a la red eléctrica en el nudo de transición justa de Meirama (Cerceda). Este concurso permitirá asignar 408 megavatios de capacidad a nuevos proyectos de generación renovable y almacenamiento energético, con un claro enfoque en impulsar la economía y el empleo en los municipios afectados por el cierre de la central térmica, entre ellos A Laracha y Cerceda.
Según el anuncio publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el concurso priorizará iniciativas que minimicen el impacto ambiental y maximicen los beneficios socioeconómicos en los cinco concellos que componen la zona de transición justa de Meirama. En este sentido, entre las medidas claves de adjudicación destacan el fomento del empleo local —en particular para los trabajadores afectados por el cierre de la central y las mujeres—, el apoyo a iniciativas industriales, agrarias o sociales, y la promoción de la formación y el autoconsumo energético. Asimismo, se valorarán inversiones en la cadena de valor provincial y la participación de inversores locales.
La subasta busca incentivar la creación de un “círculo virtuoso” en el que las empresas compitan no solo por su capacidad técnica, sino también por su contribución al desarrollo local. Los interesados podrán presentar sus solicitudes a partir del 2 de febrero de 2025. Así, el objetivo principal del concurso es incentivar proyectos que contribuyan al desarrollo económico de la zona, incluyendo inversiones en formación, autoconsumo energético y cadenas de valor locales, transformando, además, la zona en un referente de desarrollo sostenible.
Cabe recordar que el concurso de Meirama no es un esfuerzo aislado. Forma parte de una estrategia más amplia del Ministerio que incluye ayudas a proyectos empresariales, pequeños proyectos de inversión y propuestas energéticas innovadoras. Hasta ahora, la zona ha recibido 34,3 millones de euros para 15 iniciativas centradas en infraestructura, empleo y desarrollo sostenible. Esta estrategia ha permitido mitigar el impacto del cierre de la central térmica, que afectó directamente a 112 trabajadores y a la economía de cinco municipios.