El saldo vegetativo en la Costa da Morte continúa en cifras altamente negativas, si bien durante el año pasado experimentó una mejora, reduciéndose por primera vez en el último quinquenio. Así lo reflejan los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), que arrojan para la zona resultados más positivos que los registrados a nivel autonómico.
El conjunto de la Costa da Morte cerró 2023 con un total de 638 nacimientos y 1.645 defunciones. La diferencia entre ambos indicadores supone un saldo vegetativo negativo de -1.007. Es la primera vez que este índice se reduce desde antes del covid.
A lo largo de 2023 la natalidad en la Costa da Morte aumentó un 1,6%, en tanto que la mortalidad descendió un 12,6%. Esta diferencia, no obstante, no es suficiente para paliar el saldo negativo demográfico, pues las defunciones casi triplican a los nacimientos.
Por comarcas, todas han reducido su saldo vegetativo en el último año, con la excepción de Soneira, donde aumentó de -203 a -208. Por municipios, cabe señalar que tan solo Corcubión ha experimentado un saldo positivo (+2). En cuanto al resto, hubo mejoras en Cabana, Fisterra, Vimianzo y Zas, en tanto que en el resto del municipio el saldo vegetativo se hizo más negativo.
A lo largo del pasado año la natalidad aumentó especialmente en Corcubión, donde se multiplicó por quince, destacando también el caso de Malpica, donde subió un 86%. Por el contrario, los mayores descensos se han dado en Zas (-48%) y Cabana (-41%). En lo que respecta a la mortalidad, subió ligeramente en cuatro ayuntamientos –Cabana, Zas, Corcubión y Fisterra–y se mantuvo si cambios en Ponteceso. El resto del área vio descender los decesos, con especial incidencia en Laxe (-40,7%), así como en Coristanco (-30%) y Cerceda (-27%).