La huelga que por segunda semana consecutiva mantiene el sector del transporte está repercutiendo en la gran mayoría de los sectores de actividad, al punto de que muchas fábricas están bajo mínimos y alguna incluso se ha visto obligada a cerrar por falta de suministro.
Obras públicas y privadas están en el aire debido a que la progresiva subida del precio de las materias primas experimentada en los últimos tiempos se ha visto agravada por el paro del transporte. Muchos presupuestos aceptados y adjudicaciones cerradas penden de un hilo en la actual coyuntura económica.
Este martes el Concello de Camariñas anunciaba que las empresas adjudicatarias de las obras del agua de A Reja y de la pavimentación del Alto do Penedo han solicitado una ampliación del plazo de ejecución amparándose en el actual situación de escasez de materiales y subida del precio de los mismos.
La huella del paro de los camiones también se hace cada día más patente en supermercados y plazas de abastos, en donde la gran mayoría de las pescaderías han bajado la persiana, al coincidir la huelga de transportistas con el amarre de los barcos en los puertos. El lunes aun podía comprarse “peixe” en el Mercadona de Carballo, pero en supermercados como el Gadis esa sección permanecía cerrada este martes.
En la plaza de abastos de la capital carballesa funcionaban dos de los cinco puestos de venta existentes. Pescadería Antonio, de Corme, exhibía productos como merluza, lubina, pescadilla, abadejo, sargo, fanecas, lenguadina y meiga, entre otros. Pescados Santi, en la misma planta, mostraba una variedad parecida. En uno y otro puesto la oferta era menor de lo habitual y los precios más elevados.
Otros puntos de venta de productos del mar de la capital carballesa distribuidos por la calle Barcelona y Gran Vía, permanecían cerrados este martes.
En otras localidades de la comarca como A Laracha, el establecimiento María, de la avenida de Finisterre, ofrecía algo de todo pero en poca cantidad, de tal forma que hacia el mediodía agotó existencias. En la pescadería Piscis, de la calle Santa Lucía, no había nada de fresco y su oferta se limitaba a productos del Gran Sol. Por su parte, el otro puesto de la avenida de Finisterre estaba cerrado. Dado el cierre de las lonjas de la zona, la mayor parte de los negocios que continúan abiertos traen el producto del Muro de A Coruña, a donde acuden a buscarlo con sus propias furgonetas.
Por los demás, en las estanterías de los supermercados sigue habiendo poca oferta de pastas, pan de molde, aceite, frutas y verduras, leche o pollo, entre otros