Cuando se deja de mirar para otro lado

Cuando se deja de mirar para otro lado

Nadie está libre de toparse con uno. Los agresores acechan en un partido de fútbol, un patio de instituto, una oficina... o cualquier noche de fiesta. Al que reveló su homofobia hace unos días en un local de la ciudad le pararon los pies todos cuantos estaban a su alrededor. Lo que se consigue cuando se deja de mirar para otro lado es que el agresor pierda su fuerza. Ojalá también pierda su inhumanidad.

Cuando se deja de mirar para otro lado

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