Desde que se inventaron las gestiones por internet hay quien no ha vuelto a hacer una cola. Lo que, teniendo en cuenta el mal humor que suelen provocar, es toda una mejora. Pero para todo hay excepciones. Y pasar media mañana a pie firme en la calle para conseguir un roscón de Reyes es más una tradición que un recado. Aunque igual para entenderlo hay que ser coruñés.