Los comedores escolares tienen dificultades para prestar servicios por el alza de costes, aunque eso "no compromete" la elaboración de menús sanos y variados, han afirmado a Efeagro fuentes del sector.
La federación que integra a compañías del sector de la restauración colectiva, Food Service España, ha resaltado que las empresas están absorbiendo un "importante incremento en los costes del servicio, derivado del aumento del precio de la electricidad y la energía, así como del encarecimiento de las materias primas".
Algunos productos básicos del menú diario han aumentado de precio entre un 60 y un 80 % en el último año, con subidas "desorbitadas" en huevos, aceite, lácteos y patatas, a lo que se une "escasez" de pescado.
"Dotarse de una materia prima de calidad en la cuantía requerida para hacer los menús variados y equilibrados está siendo muy difícil. Además, antes los proveedores daban precios para un curso escolar, pero ahora los dan para una semana, quince días y en el mejor de los casos, hasta Navidad. Con tanta volatilidad, las empresas están ocupadas en subsistir", han asegurado las fuentes.
Food Service España considera "irrenunciable" la calidad de sus productos, servicios y personal, si bien "lo que está comprometido es la prestación de los servicios ya que, ante el encarecimiento de los recursos energéticos y de materias primas, las empresas no van a poder seguir operando en condiciones de calidad".
Eso significa que hay empresas que están en capacidad de seguir prestando sus servicios y absorbiendo costes, frente a otras que ven su continuidad "completamente inviable", según la federación.
El segmento de restauración escolar representa un 34 % del total de la actividad de las empresas del sector, lo que se traduce en la elaboración de más de 1,3 millones de menús al día, una facturación de 1.240 millones de euros y unos 31.000 puestos de trabajo directos, de acuerdo con los datos de Food Service España.
Para este curso 2023/2024, se prevé una estabilización en la ocupación de los comedores sociales, con ratios como los de antes de la pandemia, después de que en el anterior curso ya hubiera un 100 % de comedores operativos.
No obstante, las empresas de ese tipo de restauración colectiva comienzan a observar el cambio en la pirámide poblacional, con una bajada de la natalidad y una disminución de niños en los colegios.
Septiembre es el primer mes del curso y muchas familias están a la espera de ver cómo se resuelven las becas de comedor, unas ayudas que muchos ayuntamientos están reforzando, por lo que el sector está pendiente de su implementación.
Fuentes de la compañía Sodexo Iberia han afirmado que han notado un "ligero incremento" en las solicitudes para los comedores, lo que atribuyen al hecho de que la inflación no se ha repercutido en los precios de estos servicios.
Para afrontar el aumento en un 25 % del coste de la materia prima que ha experimentado, Sodexo ha emprendido acciones como el rediseño de su cadena de suministro, la reducción a la mitad del desperdicio de comida a través de su programa WasteWatch y cambios en los menús.
Esto último incluye la disminución de la proteína animal a favor de la vegetal, en línea con la estrategia de sostenibilidad para reducir las emisiones y el impacto en el medioambiente, ha destacado la empresa.