El detector situado en una de las terrazas de la Casa de las Ciencias detectó, el pasado 8 de mayo, una bola de fuego que recorrió el cielo nocturno gallego. A pesar de detectarse hace un mes, fue esta semana cuando se confirmó que dicho cuerpo era un fragmento procedente del cometa Halley.
Dicho bólido fue analizado por el responsable del proyecto “Smart”, al que pertenece el mencionado detector, el astrofísico José María Madiedo. Fue él quien determinó que la roca que originó el fenómeno entró en la atmósfera terrestre a una velocidad de unos 240.000 kilómetros por hora y que procedía del cometa Halley.
Esta bola de fuego se relaciona con la lluvia de estrellas que los fragmentos que desprende este cometa produce entre abril y mayo, las denominadas Eta-Acuáridas.
En el caso concreto de este fragmento, tenía un tamaño superior al de una nuez y generó una bola de fuego al entrar en la atmósfera, un meteoro que se inició a una altitud de 115 kilómetros sobre la ría de Arousa. Desde allí, la bola avanzó e dirección al noreste, extinguiéndose a unos 85 kilómetros de altitud sobre el Atlántico.
La desintegración del cuerpo fue completa, por lo que no llegó a chocar contra el suelo. La bola fue tan luminosa que se pudo apreciar en todo el norte y centro de la península Ibérica y llegó a recorrer 73 kilómetros.