Metafísica de la crítica

En momentos críticos se debe elevar el nivel de la crítica. La tentación, lo sé, es entregarse mansamente a la exigencia y acatar sin el menor atisbo de crítica la exigencia, la imposición o aquello que se nos pide con los mejores modos democráticos. Pero no debemos obrar así; tenemos que ser críticos con lo crítico en cualquier situación conflictiva y aún más si viene de la mano de la mansa melancolía, porque es ahí justamente donde la crítica se torna pura y en esa pureza alcanza la excelencia, al ser capaz de convertir en crítico aquello que es o se nos quiere vender como laso y romo para que no sea criticable.


El hombre es un ser racional y crítico con todo cuanto lo rodea porque lo percibe como una situación crítica y, por tanto, objeto de la crítica. Tenemos que aducir en su defensa que nuestra naturaleza es en sí misma crítica por lo frágil, tornadizo y aciago de nuestro crítico destino. Todos esos condicionantes hacen de nostros seres sumamente críticos, entendiendo que con ello construimos espacios de seguridad y permanencia que se ensanchan en la medida en que lo hace nuestra capacidad de mostrarnos críticos y hacer de todo y en todo crítica.


Algunos la clasifican de constructiva o destructiva, y esa indigna distinción también es merecedora de ser criticada, y no solo porque somos críticos, sino por imperativo de la sana crítica.


Debemos ser críticos con los críticos y con la crítica, para no ser criticados.

Metafísica de la crítica

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