La Justicia italiana archivó hoy el caso contra el ex primer ministro italiano Giuseppe Conte y el que fue su titular de Sanidad, Roberto Speranza, por la gestión de ambos en los primeros momentos de la pandemia de coronavirus, que causó cerca de 188.000 muertos en el país.

Tras una petición formulada por la Fiscalía de Brescia (norte de Italia), el Tribunal accedió exonerar a ambos políticos, que estaban siendo investigados por los delitos de epidemia culposa agravada, homicidio culposo múltiple y negativa a realizar actos oficiales, junto a otras 17 personas.

No obstante, esa solicitud de la Fiscalía provocó la ira de los familiares de víctimas fallecidas por coronavirus durante ese periodo, que presentaron una demanda colectiva.

"Esto no es justicia. Con esta petición se ha traicionado por enésima vez la memoria de nuestros seres queridos y su sacrificio", indicó la Asociación "Sereniesempreuniti" en un comunicado.

"Hemos luchado durante tres años para hacer memoria y obtener la verdad. Ahora le tocará al Tribunal pronunciarse: el asunto no está cerrado, confiamos en la conciencia de lo ocurrido, porque la covid-19 no fue un tsunami como nos quieren hacer creer, muchas muertes deberían haberse evitado y alguien es responsable de ello", añadió.

En marzo pasado, una investigación realizada por los fiscales y filtrada por los medios consideró que el establecimiento temprano de una "zona roja" o de aislamiento a finales de febrero de 2020 en el Valle Seriana (norte de Italia) habría evitado la muerte de más de 4.000 personas.

Unas semanas después, Conte y Speranza comparecieron ante el Tribunal de Brescia para reconstruir las decisiones que tomaron al inicio de la pandemia, cuando Italia se convirtió en el primer foco de contagios en Europa.

El ex primer ministro "aclaró y reconstruyó todo lo que ocurrió entre el 26 de febrero y el 6 de marzo de 2020", explicó entonces a los medios su abogada, Caterina Malavenda, mientras Speranza dijo que el plan pandémico que poseían era "ineficaz" y que se "hizo de todo para proteger la salud de los italianos siguiendo rigurosamente las indicaciones del comité científico de expertos".

La Fiscalía de Bérgamo (norte de Italia) inició la investigación contra Conte, Speranza y otros 17 cargos locales para tratar de dilucidar si hubo algún tipo de responsabilidad política en los primeros días de la pandemia, que afectó especialmente a la región de Lombardía.

El caso fue luego transferido a Brescia, donde declararon los entonces dirigentes.

Italia detectó el primer foco de coronavirus en la localidad lombarda de Codogno el 20 de febrero de 2020, si bien la Organización Mundial de la Salud no declaró la pandemia hasta el 11 de marzo.

De este modo, Italia se convirtió en el primer epicentro de contagios de Occidente, lo que obligó a Conte a ordenar el confinamiento en un primer momento en diez municipios en torno a Codogno con 47.000 habitantes, el 22 de febrero de aquel año, y en todo el país el 9 de marzo siguiente.

Los investigadores cuestionaban la falta de un plan pandémico actualizado pero sobre todo la decisión de no cerrar como "zona roja" desde el primer momento la zona industrial de Val Seriana, en concreto los pueblos de Nembro y Alzano, muy cercanos al epicentro.