a primera feria del mes de julio en Paiosaco es por antonomasia la feria de ferias, dedicada a la comercialización del carnoso fruto de las cerezas. Así, la localidad se tiñó ayer de rojo justo en el mismo día que se celebraba el San Fermín, a muchos kilómetros de distancia de la localidad larachesa. La Feira das Cereixas, declarada Festa de Interese Turístico Galego, no defraudó y vecinos y visitantes volvieron a rendirse al preciado fruto.
Aún así, ayer resultó un ferial un tanto especial, por las condiciones del clima en los últimos meses que incidieron negativamente en la producción y obtención del fruto. Menos oferta, hasta el punto de que en su global no llegaron a comercializarse más de 4,5 toneladas de la mentada fruta.
Un año más mandó la oferta de fruta de Valle del Jerte (Cáceres) seguida de Aragón, y La Rioja. La representación de cereza autóctona brilló por su ausencia, y la más cercana, de El Bierzo ya acabó el tiempo de su cosecha.
El mercado mostraba loable bullicio desde las 8 de la mañana, aunque la mayor atención fue desde las 11 a las 14.30 horas. En lo que concierne a precios de cotización, se despachaba el kilo de esa fruta desde 4 a 9 euros el kilo, la más cara, la plus, de mayor calibre o grosor, de Valle del Jerte, en Cáceres. A modo testimonial, lo más parecido a las “cereixas”, fue un fruto autóctono de la parroquia de Sofán- Carballo, las “ameixas” o ciruelas pequeñas y rojas, que se despachaban en dos cestitos, a 2 euros el kilo.