¿Hablas con Alexa? A partir del 28 de marzo, Amazon lo guardará todo en la nube

¿Hablas con Alexa? A partir del 28 de marzo, Amazon lo guardará todo en la nube
Una usuaria de Alexa configura su Echo Dot.

Amazon desactivará a partir del 28 de marzo la función que permitía a los usuarios de sus dispositivos Echo procesar comandos de voz de forma local: el usuario se verá obligando a enviar todas las grabaciones a su nube. La medida, vinculada al lanzamiento de Alexa+ (versión con inteligencia artificial generativa), ha encendido las alarmas entre los defensores de la privacidad digital. 

 

Aunque este cambio parece que afectará inicialmente solo a los Estados Unidos, se sospecha que, en una segunda fase, se extenderá a Reino Unido y, finalmente, a la Unión Europea (si el marco normativo no le pone freno). 

 

Sin embargo, los expertos en legislación TIC, como el abogado coruñés especializado en seguridad de la información, Víctor Salgado, señalan que esta decisión “contraviene directamente el reglamento general europeo de protección de datos en lo referente al consentimiento de los usuarios. En concreto, el artículo número 6”.  

 

“Muchos consumidores españoles que adquirieron estos dispositivos deshabilitaron, voluntariamente, la opción de compartir datos sensibles con Amazon, y si a partir del 28 de marzo, se suscribiesen a Alexa+, ya no podrían elegir. Por defecto, la plataforma enviará todo lo que grabe a los servidores en la nube”, explica Salgado. 

 

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El abogado coruñés Victor Salgado, especialista en seguridad de la información. (Cortesía de Pintos&Salgado Abogados)

 

Un aspecto especialmente sensible, ya que, como explica, todo dato biométrico que sirva para identificar a un individuo (ya sea el patrón de voz, la huella digital o el reconocimiento facial) es considerado sensible y está especialmente protegido en el marco legal la Unión Europea. Precisamente por esta especial cautela, los usuarios europeos tendrían garantizado su derecho a oponerse. “Existe legislación que permite establecer límites a Amazon. Se les podría denunciar directamente ante la autoridad de protección de datos de cada país. En el caso de España, la Agencia Española de Protección de Datos”, detalla Salgado. 

 

 

¿Qué cambia para los usuarios?

 

Pérdida de control: Quienes tenían activada la opción "No enviar grabaciones de voz" perderán esta configuración. Las órdenes a Alexa (desde consultar el clima hasta controlar dispositivos domésticos) se almacenarán automáticamente en servidores de Amazon.

 

Funcionalidad condicionada: Quienes se nieguen a compartir grabaciones verán bloqueado servicios como Voice ID (reconocimiento de voz personalizado), clave para acceder a agendas, recordatorios o preferencias musicales.

 

 

No es la primera vez que Amazon enfrenta críticas por el manejo de datos de Alexa:

 

  • En 2023 pagó una multa 25 millones de dólares por almacenar indebidamente grabaciones de menores.
  • Hasta 2019, retuvo conversaciones de adultos sin consentimiento explícito.
  • Los empleados escucharon hasta 1.000 muestras diarias de audio para "entrenar" la IA, según informes de Bloomberg.

 

Como señala Víctor Salgado, “la leyenda de que nos graban es cierta. Muchos expertos en seguridad a nivel técnico alertan de estas controvertidas prácticas. Incluso las televisiones inteligentes procesan datos sin que nos demos cuenta. Información que a ellos les resulta muy beneficiosa para alimentarse de contenido y que también venden a terceros. Saben los riesgos que están asumiendo, saben que se están extralimitando, y actúan con más recato en Europa porque son conscientes de que las multas son muy elevadas”. 

 

En la UE, el gigante tecnológico podría enfrentar sanciones de hasta el 4% del volumen global de facturación de la empresa. Por este motivo, parece que la implantación de esta nueva medida en territorio europeo no sería inminente. Aunque la recomendación es permanecer vigilantes, ya que Amazon podría estar allanando el camino de Alexa+ en Europa para sortear la entrada en vigor del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial, prevista para el verano de 2026. Un nuevo marco legislativo que prevé sanciones del 7% del volumen global de facturación.

 

 

¿Por qué Amazon insiste en la nube?

 

La compañía argumenta que las nuevas funciones de Alexa+ (como respuestas conversacionales avanzadas) requieren poder de procesamiento en la nube. Sin embargo, los analistas del portal digital “Ars Technica” señalan otro motivo:

 

  • Alexa opera con pérdidas desde su lanzamiento en 2014, según The Wall Street Journal.
  • La suscripción de pago Alexa+ sería su último intento por rentabilizar el asistente.

 

 

Cómo protegerte

 

Si prefieres no compartir grabaciones:

 

  • Desconecta tu Echo de la corriente eléctrica.
  • Usa alternativas como Home Assistant o Apple HomePod, que permiten procesamiento local.
  • Revisa periódicamente el Panel de Privacidad de Alexa para eliminar historiales y comprobar las condiciones de privacidad.

 

“Está claro que no tenemos el control absoluto. Para el usuario medio resulta muy complicado encontrar esta opciones y desactivarlas. La normativa europea exige que no vengan habilitadas de fábrica y obliga a proteger la privacidad del comprador que tiene que ser el que, conscientemente, lo configure a su medida. Pero todos terminamos aceptando los términos de uso y las condiciones de privacidad a la primera”, señala Salgado.

 

 

Grabaciones como pruebas de cargo

 

En 2017 y 2019, dos grabaciones de Alexa se usaron como prueba en dos casos penales en Arkansas y en Florida, reviviendo el debate sobre el uso forense de datos domésticos.

 

De acuerdo con Amazon.com, el dispositivo solo comienza a grabar cuando el usuario pronuncia la palabra de activación, que por defecto es 'Alexa', aunque ésta puede personalizarse. En ese momento, el audio se envía a la nube segura de Amazon. Para que el usuario sea consciente de cuándo está ocurriendo este proceso, el dispositivo Echo muestra una luz azul o emite un tono de audio como señal de que Alexa está grabando y transmitiendo datos.

 

La decisión de Amazon de eliminar la opción de procesamiento local en los dispositivos Echo marca un punto de inflexión en la relación entre los usuarios y la privacidad de sus datos. Aunque la compañía justifica el cambio como necesario para impulsar las capacidades de Alexa+, este movimiento ha generado desconfianza entre los defensores de la privacidad digital, especialmente dado el historial de la empresa en el manejo de grabaciones.

 

Para los usuarios, la elección ahora es clara: aceptar que sus interacciones con Alexa se almacenen en la nube o renunciar a funciones clave del asistente. Mientras Amazon busca rentabilizar su tecnología, los consumidores deben sopesar si la conveniencia de Alexa+ vale el precio de su privacidad.

 

¿Es este el futuro que queremos para nuestros hogares? ¿Comodidades inteligentes que exigen como pago nuestros datos más íntimos?

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