Una fuga de amoniaco del sistema de refrigeración fue la causa de la explosión del atunero vigués 'Albacora Cuatro' en Seychelles, que acabó con la vida de dos marineros y dejó al menos ocho heridos.
Según fuentes de la Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores (Opagac) consultadas por Europa Press, esta fuga de amoniaco se produjo mientras se realizaban tareas de reparación del atunero en el Puerto Victoria, la capital de las Islas Seychelles.
Por ello, una delegación de la empresa viguesa Compañía Europea de Túnidos, propietaria del buque, ha partido ya rumbo Seychelles para agilizar los trámites necesarios, como las repatriaciones de los cuerpos. Se espera que tarden al menos un día en llegar al lugar.
Fuentes consultadas por Europa Press aseguran que los dos fallecidos serían el jefe de máquinas y el primer oficial del buque, ambos naturales de la comarca de O Barbanza. En concreto, Ángel, de Palmeira, municipio de Ribeira, y Francisco, de Xuño, municipio de Porto do Son.
La Opagac ha lamentado en un comunicado el fallecimiento de los tripulantes y ha deseado una pronta recuperación de los heridos. Siete de ellos ya han sido dados de alta mientas que uno de los marineros continúa hospitalizado con insuficiencia respiratoria tras el accidente.
"Opagac expresa su solidaridad y apoyo a los familiares y amigos de los fallecidos y pone a su disposición y a la de la compañía propietaria del buque todos los recursos que crean necesarios en estos momentos tan duros para tratar de paliar lo más posible el dolor causado por este suceso", ha indicado.
El atunero 'Albacora Cuatro' sufrió una explosión en la tarde del miércoles mientras era reparado en un puesto de las Islas Seychelles, lo que se saldó con la muerte de dos de sus tripulantes.
Los heridos fueron atendidos por el centro del Instituto Social de la Marina (ISM) en la zona y han sido trasladados al hospital acompañados de personal sanitario del ISM. Todos evolucionan favorablemente y solo queda uno hospitalizado.
Con su puerto base en Vigo y bandera española, cuenta con una eslora de 83 metros y su alta definitiva se produjo en 1989. Este pesquero fue secuestrado en el año 2000 frente a los costas de Somalia, cuando pertenecía a una compañía vasca.