Tractores, galpones, pacas de paja y ganado no son el escenario habitual de fondo de las manifestaciones del Orgullo LGTB+, una celebración habitualmente urbana y que en Galicia toma otra forma gracias al trabajo de los organizadores del festival Agrocuir.
En pleno corazón de Galicia, en la comarca lucense de A Ulloa, que agrupa a varios ayuntamientos del área fronteriza entre las provincias de A Coruña, Lugo y Pontevedra, se viene organizando desde 2013 este peculiar evento, que en el mes de agosto -pasados los fastos del Orgullo- junta la exaltación de la diversidad sexual con la reivindicación de la vida en el medio rural.
Uno de los miembros de la organización, Adrián Gallego, habla con Efe sobre el evento y también acerca de la realidad de las personas LGTB+ en el medio rural.
Aunque no puede hablar "en nombre de todo el colectivo", su experiencia es más que grata; si bien enseguida señala que hay "muchas dificultades" que superar, sea en ciudades o en aldeas.
"Que se hable también de lo difícil que es vivir en la ciudad", reclama, poniendo el foco en que el rural suele cargar con el estigma de peores condiciones de vida cuando lo urbano arrastra también casos de precariedad, dificultades para encontrar vivienda o violencia.
Sobre el evento, detalla que conciertos, talleres, teatro, cuentacuentos o mesas redondas, todos con entrada gratuita, conforman la programación de una cita que este 2022 regresa, los días 26 y 27 de agosto, tras dos años sin poder celebrarse como consecuencia de la pandemia de covid-19, que cortó una serie de ediciones ininterrumpidas desde la primera celebrada en 2013, todavía bajo la denominación de Orgullo Mohicano.
Lo que comenzó como una fiesta de amigos en la Granxa Maruxa de Monterroso, explica Gallero, miembro de la organización de Agrocuir, ha ido creciendo con el paso de los años hasta convertirse en un festival intergeneracional y diverso que abarca varios ámbitos y que ha desplazado su sede hasta a nueve escenarios de la capital comarcal.
"No cabía más gente en la granja", recuerda, aunque enseguida advierte de que el objetivo de los promotores de esta singular iniciativa no es seguir aumentando cifras de público y de actividades, sino que incluso pasa por su cabeza "decrecer" y adoptar formas más sostenibles y sencillas.
Según afirma, Agrocuir "no va a poder seguir creciendo mucho más durante más tiempo", porque, de suceder, "se transformaría" la idea original con la que fue creado.
Por este motivo, se ha mostrado a favor de que en otros lugares de Galicia puedan promoverse iniciativas "semejantes" y que ayuden a crear una red de festivales de la diversidad por todo el territorio gallego. "Creemos más en ese modelo", resume.
Con todo, explica que la edición de 2022 "va a ser prácticamente igual en cuanto a espacios y estructura de la programación" que la última celebrada en 2019 y que, ya con el cartel prácticamente cerrado, presentará como novedad la mayor presencia de artistas trans y no binarios, que resuelve lo que para ellos era una "tarea pendiente".
A finales de este mismo mes de junio se desvelará el cartel de este nuevo Agrocuir, mientras que ya durante julio se dará información precisa sobre horarios y otras cuestiones, al tiempo que la organización trabaja en una campaña de micromecenazgo y solo acepta donaciones pequeñas de empresas de economía social.
"Esto de ir tan tarde es una cosa pensada", admite Gallero, que justifica los plazos que maneja la organización como parte de la "estrategia de contención" del festival para evitar que acuda más gente de la que pueden manejar, ya que prefieren no cobrar entrada ni tener que limitar aforos.