Cuando hablamos de moda sostenible, lo primero que se nos viene a la mente es el término slow fashion. Pero la conocida como moda lenta es mucho más que una tendencia.
El concepto de slow fashion surgió como contraposión a la fast-fashion, esa moda que apuesta por la producción masiva y que utiliza recursos sin medir el impacto social y ambiental de cada una de sus acciones.
Así lo corrobora Felicidad Pérez, artesana natural de A Coruña, que tras desenvolver su carrera profesional en Madrid y Lisboa trabajando “para grandes marcas de moda”, se dio cuenta de que las rutinas de las multinacionales eran totalmente opuestas a la filosofía que ella defendía: “la moda sostenible”.
Sin tiempo que perder, Pérez regresó a Galicia para crear una marca de moda lenta que abrazara tradición e innovación. “Cuando empecé en el mundo de la moda nadie hablaba del concepto de slow fashion, no se oía”, explica.
Y al fin, en 2017, Felicidad cumplió su sueño de crear D-Raíz, una firma de complementos que busca crear colecciones exclusivas, desechando los materiales sintéticos o las pieles de animales. “Puedo decir con orgullo que tengo el certificado de Artesanía de Galicia y que realizar cada diseñador es hacer un viaje de introspección fijándome en los recursos que tengo a mano”, cuenta con alegría.
En D-Raíz, cada complemento, relata la artesana, “se hace a mano”. Las propuestas creativas, de carácter minimalista y atemporal, se convierten en algo único. Un modelo circular de ecodiseño que pone especial atención en todo el ciclo de producción, pues busca tener ''el mínimo impacto ambiental en cada fase". "Creemos en el poder de la reutilización”, anuncia Pérez con estusiasmo.
Así, las materias primas empleadas son de origen vegetal. “El Piñatex, que se elabora a partir de fibra de hoja de piña, o biomateriales como el Malai, creado a partir de la fibra de coco compostable” se erigen como la base de los complementos que se venden en D-Raíz.