El Partido Popular cosechó un incontestable triunfo en las elecciones autonómicas de ayer con 58 diputados y el 43% de los votos por encima del 99% escrutado que le garantizan la mayoría absoluta –fijada en 55 parlamentarios– frente a un PSOE que registra su peor resultado histórico con 30 escaños y Ciudadanos (Cs) se queda fuera del Parlamento tras ser socio del PP en el primer gobierno no socialista en la comunidad, según los datos.
El popular Juanma Moreno logra de este modo la primera mayoría absoluta en Andalucía desde 2008, cuando el socialista Manuel Chaves alcanzó los 56 escaños tras lograr 61 parlamentarios cuatro años antes. El PP obtiene más del doble de escaños y de apoyo en las urnas en relación a las autonómicas de 2018 (cuando logró 26 diputados y el 20,8% de los votos) y rompe todos los techos históricos del partido en Andalucía, que sólo ganó las elecciones autonómicas en 2012 con Javier Arenas al frente con 50 escaños, aunque no logró alcanzar el gobierno por el pacto de PSOE e IU.
Comparecencia de Moreno
El líder de los populares andaluces agradeció la campaña “serena y respetuosa” a sus adversarios y su “cariño” a los electores. “No todo el mundo pensaba que podíamos hacer este sueño realidad”. “Lo dije hace cuatro años: sólo pueden los que creen que pueden” y señaló su convencimiento de que puede hacer “una Andalucía mejor”.
“Hemos perdido muchas elecciones, en el PP de Andalucía hemos estado bien entrenados en perder elecciones y siempre hemos aceptado el resultado con humildad”, señalo antes de pedir que esa humildad no desapareciese durante la contundente victoria “porque esa es nuestra manera de entender la vida”.
“Esos 58 escaños no van a significar ni soberbia, ni prepotencia. Van a significar determinación para que Andalucía progrese, para que las familias andaluzas tengan un mejor futuro”, dijo. “Andalucía va a tener cuatro años de prosperidad” prometió entre los aplausos de sus simpatizantes que no pararon de corear “presidente, presidente”.
El PSOE empeora el resultado de Susana Díaz en 2018, que dio paso al primer gobierno sin presencia socialistas de la historia de Andalucía con el dato más bajo del partido en elecciones autonómicas cuando logró 33 diputados, más de un millón de votos y un porcentaje de apoyo del 28%, superior al obtenido ahora por Juan Espadas, que además se queda a más de 16 escaños de distancia del PP sumando los escaños del resto de fuerzas a su izquierda.
Vox repite como tercera fuerza política y es el único partido junto al PP que crece en votos y escaños en relación a 2018 hasta alcanzar los 14 diputados –dos más que en la actualidad–, pero su subida en torno a 10.000 votos ha dejado a la formación de Santiago Abascal lejos de su objetivo de exigir su entrada en el Gobierno con el PP y ha sido insuficiente para frenar el crecimiento de los populares que ha permitido a Moreno alcanzar la mayoría absoluta.
El mayor retroceso electoral lo sufre Cs, que con el 3,2% de los sufragios se queda fuera del Parlamento andaluz, donde logró 21 diputados hace tres años y medio para convertirse en socio de gobierno del PP tras lograr un respaldo del 18,3%. La formación que lidera Juan Marín suma en Andalucía un nuevo varapalo tras desaparecer en la Comunidad de Madrid y quedarse con un solo escaño en Castilla y León.
Las fuerzas a la izquierda del PSOE, Por Andalucía –que integra a IU y Podemos con otras fuerzas de izquierda– y Adelante Andalucía –liderada por Teresa Rodríguez–, se quedan muy lejos de los 17 escaños que lograron conjuntamente en 2018 y obtendrían por separado menos de la mitad, siete, tras dejarse más de cinco puntos de apoyo en las urnas después de la división vivida en el tramo final de la última legislatura. Por Andalucía logra cinco escaños de la mano de Inmaculada Nieto y Adelante Andalucía tres parlamentarios con Teresa Rodríguez como cabeza visible.
El resultado de las elecciones andaluzas supone un espaldarazo al liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, frena en seco el crecimiento de Vox, entierra a Ciudadanos, pone en entredicho el proyecto de Yolanda Díaz en la izquierda y enciende las alarmas en el Palacio de la Moncloa ya que la mayoría absoluta del PP desdibuja cualquier lectura positiva para los socialistas que ya no son, ni de lejos, el partido hegemónico en Andalucía.