Identificar las señales de alerta más habituales verbales, no verbales o de comportamiento ante una tentativa de suicidio, comprender cuáles son los métodos de prevención de los que todas las personas disponemos, desmontar los diez tópicos más habituales sobre las muertes autoprovocadas o explicar cómo gestionar el duelo tras una muerte autolítica son cuatro de los objetivos que aborda la empresa funeraria Serfuja en su guía de apoyo para la prevención del suicidio, presentada esta mañana.
Además de abordar la relación entre el burnout (el síndrome del trabajador quemado) y este tipo de fallecimientos y de exponer el especial impacto que tienen las muertes autoprovocadas en las profesiones sanitarias, el manual pretende contribuir a entender el suicidio desde una aproximación global. En este sentido, el documento, de 72 páginas, ha sido concebido para apoyar tanto a quienes puedan sentirse ante la ideación suicida como a quienes están en su entorno.
Tal como expuso el gerente de Serfuja, Jorge Balado, durante la rueda de prensa celebrada esta mañana en las instalaciones de la empresa lucense en el polígono de As Gándaras, “la diferencia fundamental entre un fallecimiento convencional por razones de edad y uno provocado por el suicidio reside en la capacidad de evitarlo. Dicho en otras palabras, en el papel de la prevención, una tarea que nos compromete -o al menos así debería ser- a todos los actores de la sociedad, tanto a título particular como público”.
Bajo “el convencimiento de que el silencio nos hacía cómplices y de que mirar hacia otro lado no era una alternativa”, Balado destacó que la iniciativa promovida por la empresa lucense ha logrado aunar “distintos perfiles, diferentes trayectorias, diversos intereses unidos por un compromiso común: sumar fuerzas”. De este modo se refería a la activa implicación del divulgador sanitario Héctor Castiñeira, quien por primera vez firma con su identidad real en lugar de su conocido personaje ‘Enfermera Saturada’ para ejemplificar la dimensión del suicidio; o a la de Román Reyes, portavoz nacional de la plataforma Stop Suicidios, quien advierte en su prólogo que hablar del suicidio previene que “en España ocurra un 11-M cada 18 días”.
Por otra parte, el gerente de Serfuja subrayó que la guía, que puede descargarse de manera anónima, confidencial y gratuita en este enlace o recogerse físicamente en las instalaciones del tanatorio en As Gándaras, incluye “un capítulo específico para romper los estereotipos que hemos creado como sociedad tras tantos años de oscurantismo en torno a los suicidios”. Entre ellos, mencionó que “la persona que se suicida no es cobarde ni valiente, que no solo las personas con problemas graves deciden acabar con su vida o que no solo las personas que tienen formación o preparación específica pueden ayudar a alguien en riesgo”.
Jorge Balado concluyó su intervención señalando que “aunque sería tan utópico como egocéntrico pensar que la elaboración de esta guía va a acabar con la enorme dimensión de esta lacra social, lo único que hacemos es intentar ser útiles a la sociedad y demostrar que la mejor manera de afrontar la muerte es mirarla a los ojos y entenderla, por paradójico que suene, como una etapa vital más”.
El acto de presentación contó con la presencia de los presidentes de los Colegios Oficiales de Enfermeros y Médicos de Lugo, Lourdes Bermello y Eduardo Iglesias, respectivamente, así como de María del Camino Ferrero, consejera del Departamento Social y Laboral del Colegio lucense de Veterinarios.
La presidenta del Colegio de Enfermeros, Lourdes Bermello, expuso que “el suicidio es considerado un problema de salud pública y, para muchos, la nueva pandemia del siglo XXI”, lo que se produce “en un contexto en el cual no contamos con una estrategia de Salud Mental suficiente ni con los profesionales necesarios para cubrir estas necesidades”. Además, Bermello destacó que “la enfermería en sí misma constituye un colectivo de alto riesgo de suicidio”, motivo por el que la entidad que dirige ve “fundamental garantizar el cuidado de la Salud Mental de los enfermeros, ese ‘cuidar al que cuida’ como punto de partida para que estos profesionales puedan desarrollar plenamente sus cuidados de Salud Mental dentro del equipo de salud y contribuir así al enfoque multisectorial (sanidad, educación, entidades privadas, medios de comunicación) necesario para la eficacia de las estrategias de prevención del suicidio”.
En una línea similar, el presidente del Colegio de Médicos lucense, Eduardo Iglesias, alertó de que los suicidios se han convertido ya en una “pandemia oculta” ya que las estadísticas de muertes consumadas y de intentos reflejan que estamos ante “un problema de salud pública de gran envergadura”. Tras referirse a la “extensa” etiología del suicidio, Iglesias subrayó que en la coyuntura actual “lo más importante es la prevención, como todo en Medicina, y una buena ayuda por parte de los profesionales de la salud mental”. A ese respecto, aludió al Plan de Salud Mental 2022-2026, dotado con 100 millones de euros, y en el que se incluyen la creación del teléfono de atención al suicidio -que en su primer mes de funcionamiento recibió 15.000 llamadas, que permitieron identificar 290 suicidios en curso- o la creación de la especialidad de psiquiatría infantil y de la adolescencia, tramos etarios en los que se ha duplicado el número de fallecimientos autolíticos.
Por su parte, María del Camino Ferrero, consejera del Departamento Social y Laboral del Colegio lucense de Veterinarios, apeló a la importancia de “entender el papel fundamental del bienestar en la salud de toda persona”. En este sentido, destacó las relaciones entre el bienestar animal, “el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en que vive y muere” y la salud humana, recurriendo a la definición que da la OMS para referirse al “estado de completo bienestar físico, mental y social”. Tal como expuso Ferrero, “cuidar la salud mental es una tarea urgente e inaplazable” para las más de 1.100 personas que se integran en esta entidad profesional a nivel provincial, dado que “el bienestar de una persona trabajadora no será completo mientras no atienda a todas sus vertientes”. Por ello, consideró la guía presentada hoy un documento “especialmente importante para nuestro colectivo profesional y nuestra provincia”, ya que los veterinarios están sometidos a un riesgo de suicidio dos veces superior al resto de profesiones sanitarias, como avalan distintos estudios.
Las últimas estadísticas disponibles avalan que el suicidio es una realidad que golpea con fuerza a la provincia de Lugo, ya que fue la segunda de toda España con mayor tasa de suicidio, según el informe “Defunciones según la causa de muerte” que elabora el Instituto Nacional de Estadística, y cuyos últimos datos disponibles se corresponden con el ejercicio de 2020. En este período hubo en Lugo 13,72 suicidios por cada 100.000 habitantes, lo que supone un 53% más que la media española (8,96) y casi un 20% más que la media gallega (11,49).
Por su parte, el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) certifica en su memoria de actividades de 2021 que en ese año se produjeron en la provincia de Lugo 52 suicidios (una media de uno semanal), lo que convierte a esta demarcación geográfica en la que registra una mayor subida en comparación con 2020, al incrementarse en un 21%, frente al 15% de subida que registra A Coruña, el 3% de Ourense y la caída de un 6% en la de Pontevedra.