Carballo ha dicho adiós a las antiguas casas dos mestres que, en cuestión de pocos días, han quedado reducidas a escombros. Después de varios meses de espera debido a la necesidad de mover las líneas eléctricas y de telefonía, los trabajos de demolición han avanzado con rapidez y ayer del complejo solo quedaba en pie uno de los edificios de los más de 2.600 metros cuadrados construidos que había.
El complejo ha desaparecido ante la mirada atenta de los vecinos, algunos de los cuales lamentaron el derribo, planteando la posibilidad de que se reformaran los inmuebles y se dedicaran a alquiler social. Si bien es cierto que en un principio se planteó la posibilidad de rehabilitarlas para que acogiera a las entidades sociales del municipio, fue una opción que se descartó.
Según la memoria técnica realizada por el Concello, las edificaciones estaban en mal estado con “multitude de patoloxías” que las hacía inservibles, de allí que se optara por su derribo. Ya en el otoño, una vez que finalicen los trabajos de demolición (el plazo es de tres meses), la parcela de 2.575 metros cuadrados quedará libre para poder acoger el nuevo complejo municipal y una plaza pública.
No obstante, para empezar a construir el edificio aún deberán pasar unos cuantos meses, ya que el proyecto del nuevo edificio es una tarea en la que aún está trabajando el Concello en base a las necesidades planteadas por las entidades que lo ocuparán. Durante la tramitación del Plan especial de reforma interior (PERI) necesario para reordenar la estructura urbanística y los volúmenes edificatorios de ese ámbito se hizo un avance de lo que podría ser el proyecto del edificio.
La edificación que se propuso en la memoria urbanística podría contar con entrantes y cuerpos volados, terrazas y zonas cubiertas, que mejoren la integración de la edificación y proporcione espacios variados y adaptados a los usos previstos.
El criterio fundamental del proyecto propuesto en la memoria urbanística es finalizar las medianeras existentes, disponiendo las zonas de mayor altura adyacentes a estas medianeras, liberando el frente a la calle Darwin y la intersección con la calle Vázquez de Parga, que se configura como el acceso principal al equipamiento. Gran parte de la parcela estará ocupada por una plaza pública de más de mil metros cuadrados desde la que se organizarán las entradas a todos los edificios. Además, se contempla también la ejecución de un aparcamiento aprovechando el desnivel del terreno con acceso desde la calle Méndel.
Lo que se pretende es conseguir espacios públicos de calidad, con zonas ajardinadas y vegetación que conformen un conjunto con la edificación, formando una única unidad integradora.