Los miembros de la traída vecinal de aguas de Bormoio, localidad perteneciente a la parroquia coristanquesa de Agualada, han iniciado el proceso para la legalización de la entidad y de sus instalaciones, cuya antigüedad ronda los 50 años. Para ello cuentan con el respaldo del Concello de Coristanco.
El primer paso ha sido solicitar a Augas de Galicia la concesión del aprovechamiento de unas fuentes situadas en O Vilar, un lugar de la vecina parroquia de Couso, en donde se realiza la captación.
Para tomar el acuerdo, hace unas semanas se convocó a la asamblea general de usuarios, que han vuelto a ser citados para las 18 horas de este sábado en el local social de las antiguas escuelas.
En esta ocasión deberán pronunciarse sobre los estatutos de la entidad y redactar el acta de constitución de la comunidad de usuarios de agua.
En realidad, la sociedad ya lleva un año constituida como tal, pero ahora a instancias de la Xunta debe repetir de nuevo el proceso.
Fue precisamente hace un año, a raíz de iniciar el proceso de legalización que ahora repiten por segunda vez, cuando se encontraron con la desagradable sorpresa de que el agua de la que se estaban abasteciendo tanto los vecinos como el colegio de la localidad, presentaba elevados niveles de gas radón.
Se constató después de que Sanidade exigiese la realización de un análisis de metales, entre otros requisitos, para autorizar las instalaciones.
La solución adoptada pasó por abrir huecos de ventilación en los depósitos (situados detrás del pabellón polideportivo de Agualada) por los que se elimina dicho gas.
La Consellería de Sanidade también obligó a introducir otras mejoras, como un sistema de clorado automatizado, además de mandar instalar contadores tanto a la entrada como a la salida del depósito y de obligar a utilizar cloro homologado