Doce ucranianos inician una nueva vida en Corme

Doce ucranianos inician una nueva vida en Corme
Los refugiados posando en el puerto de Corme con los vecinos que les fueron a recibir

Un total de 7.300 kilómetros se metieron entre pecho y espalda el cormelán Ramón Dourado y sus tres compañeros de trabajo en uno de los centros especiales de empleo de la Fundación Mencer en el viaje de ida y vuelta entre A Coruña y la frontera entre Polonia y Ucrania, en donde el pasado viernes a mediodía recogieron a doce refugiados que ese mismo día habían cruzado la frontera huyendo de las bombas que caían sobre Járkov y el entorno de Kiev, la capital del país.


La recogida se hizo, gracias a las gestiones de AGA-Ucraína, en una área de descanso próxima a la frontera y a la que los refugiados llegan en autobús. Según explica Ramón Dourado, el primer día de viaje en las dos furgonetas hubo mucho silencio, “algo normal para cualquiera que se vea obligado a abandonar su país de forma tan traumática y a meterse en dos coches con cuatro personas que no conocen de nada”. El segundo día la cosa cambió: “Empezamos a comunicarnos con el poco inglés que hablaba uno de nosotros”, apunta.


Dourado destaca precisamente la gran facilidad de aprendizaje para los idiomas que tienen los que fueron sus compañeros de viaje durante tantos kilómetros, así como “su exquisita educación”. “Cada vez que parábamos para cualquier cosa nos daban las gracias por ayudarles”, recuerda.
Tantas horas de viaje dan para mucho y en los tiempos de descanso los cuatro conductores tuvieron oportunidad también de conocer, a través de fotografías, algunos de los seres queridos que la docena de ucranianos, entre los que hay 4 niños, han tenido que dejar atrás.  También hubo tiempo para anécdotas, entre las que el cormelán relata la sorpresa que se llevaron los refugiados la primera vez que pararon a comer en territorio español y les sirvieron dos platos. “Aquí el primero es solo para calentar el cuerpo”, les explicaron como pudieron Dourado y sus tres compañeros.


Alrededor de las 7:30 de la tarde del sábado llegaron a A Coruña, en donde la Fundación Mencer les buscó alojamiento. Este lunes por la tarde reanudaron viaje rumbo a Corme, su destino definitivo, aunque antes sus acompañantes hicieron una parada en Marineda para comprarles algo de ropa.


En la explanada portuaria de Corme les esperaba un pequeño grupo de vecinos ya que la Asociación de Vecinos Eduardo Pondal, que también colabora con la causa, entendió que ese recibimiento era lo más apropiado para la ocasión. Aun así, hubo abrazos de bienvenida y alguna que otra lágrima se escapó...
A los recién llegados una de las cosas que más les sorprendió fue el mar y alguno ya habló de bañarse en las playas de Corme. Después llegó el momento de conocer sus nuevos hogares, quedando distribuidos por unidades familiares. Una de ellas va a convivir con una familia cormelana y a otras dos la Fundación Mencer les ha alquilado sendos pisos en el pueblo. 


La AVV también ha abierto una cuenta bancaria para recaudar donativos para las tres familias, de las que Ramón Dourado destaca que “son gente que quiere sentirse útil y participar en la sociedad”. De hecho, dos ya pidieron ordenadores para poder teletrabajar, por lo que se les están buscando teclados adecuados. Ayer mismo también se empezó a trabajar para legalizar su situación y conseguirles la necesaria documentación, para lo que se va a seguir el protocolo marcado por AGA Ucraína.
La asociación de vecinos, por su parte, se encarga de las gestiones ante las autoridades sanitarias para que pueden recibir asistencia médica en caso necesario y para ponerse el antídoto contra el covid-19 y conseguir así el certificado de vacunación. Desde la Anpa del colegio también se han brindado para ayudar a escolarizar a los niños y el club de fútbol se ha puesto asimismo a disposición de la AVV para lo que haga falta.


“Todos tenemos que ayudar porque mañana nos puede pasar a nosotros”, dice Ramón Dourado. Este cormelán asegura que lo vivido en la última semana “me ha hecho cambiar mi forma de ver la vida, el orden de prioridades porque estas cosas te hacen darte cuenta de cuáles son realmente los problemas importantes”

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