Los trabajadores de la UTE encargada del servicio de recogida de basura en Carballo iniciaron en la noche de este domingo una nueva huelga en demanda de unas condiciones salariales y laborales dignas. 

La tercera fase de la protesta llega cuando todavía son perfectamente visibles en las calles los efectos de la que se llevó a cabo entre los días 7 y 18 de julio, por cuanto queda todavía mucha basura por recoger, fundamentalmente envases ligeros, papel y cartón.

Aunque desde la CIG, sindicato convocante, se sigue insistiendo en que, en caso de que siga sin alcanzarse un acuerdo con la patronal, a partir del 8 de septiembre la huelga pasará a ser indefinida, lo cierto es que ha habido cambios importantes desde el mes de junio, cuando empezó la movilización de los trabajadores coincidiendo con el inicio de las fiestas de San Xoán.

El principal cambio es que al menos se han restablecido los cauces de interlocución entre la empresa y los representantes de los trabajadores, gracias a la labor mediadora del Concello. 

Tampoco resulta baladí que el pleno de la corporación municipal, en una sesión celebrada a finales del pasado mes de julio, aprobase por unanimidad iniciar un expediente de penalidades contra la concesionaria por incumplimiento de los servicios mínimos fijados durante los paros de junio y julio.

Los técnicos municipales consideran que ese incumplimiento puede ser tipificado como “muy grave”, lo que acarrearía sanciones para la empresa que podrían oscilar entre los 32.648 y los 326.477 euros. 

En esta tercera fase de la huelga los servicios mínimos volverán a estar entre el 43 y el 56%, porcentaje que los representantes sindicales consideran excesivo.