Un grupo de conductores se vio atrapado por un espeso banco de niebla y humo alrededor de la medianoche del martes al miércoles cuando trataba salir o entrar en la capital carballesa por la Avenida de Bergantiños. 

Los afectados se vieron obligados a parar, unos en la propia calzada y otros en los huecos que encontraron en el arcén ya que era imposible conducir en tales condiciones por la absoluta falta de visibilidad.

Según se pudo comprobar más tarde, la anomalía atmosférica afectaba al tramo comprendido, más o  menos, entre el cruce con la travesía de Sísamo y la glorieta de enlace con la AG-55, si bien los conductores atrapados no lo sabían. 

Todos ellos coincidían en que era la primera vez que les tocaba lidiar con un niebla tan espesa, aunque otra de la singularidad del fenómeno estribaba en que venía acompañada de humo, con su olor característico. 
 

La llegada de una patrulla de la Policía Local resultó crucial. Los propios agentes se mostraron extrañados por los que estaban viendo y tranquilizaron a los conductores explicándoles que en la zona del colegio Bergantiños, situada apenas a un centenar de metros, estaba totalmente despejado.

 
Tras llamar a la central también comprobaron que no había alerta alguna por incendio en la zona, por lo que poco después procedieron a ordenar el tráfico para deshacer el embotellamiento. 

Poco a poco y guardando la distancia de seguridad, los vehículos reanudaron la marcha y sus conductores comprobaron estupefactos como en la rotonda de enlace con la AG-55 la niebla y el humo habían desaparecido como por arte de magia.