Autores desconocidos entraron a robar en la iglesia de la parroquia coristanquesa de Agualada, en la que, además, ocasionaron destrozos importantes. Los hechos ocurrieron en la madruga del domingo al lunes y ya han sido puestos en conocimiento de la Guardia Civil, que trata de identificar a los autores.

Se da la casualidad de que el conocido santuario de San Antonio de Agualada ha sido objeto de importantes obras de reforma, en las que se invirtieron 120.000 euros y que finalizaron hace tan solo unos días.

Según informó Manuel Mayo, el sacerdote de la parroquia, los delincuentes habrían robado primero un vehículo en un taller de la propia localidad de Agualada con el que acabarían embistiendo la puerta principal del templo hasta que consiguieron abrir un boquete para acceder al interior.

Los ladrones se llevaron las monedas de limosneros y velas votivas. “Serían, como mucho, 500 euros porque ya procuramos que no haya dinero en el interior de las iglesias”, explica el párroco, que se muestra desolado por la “enquina” con la que se emplearon los asaltantes.

Y es que aunque también se llevaron parte de los nuevos equipos de megafonía que se acaban de instalar, lo que realmente duele, según el propio Manuel Mayo, es el reguero de destrozos que dejaron tras de si y que afectó a mobiliario como puertas, confesionarios, lampadarios, limosneros e, incluso, a la cruz parroquial. Algunos de estos objetos los cogieron y arrojaron al suelo. 

El afán de destrucción de los delincuentes no paró ahí, sino que también rompieron una ventana y, tal y como apunta el religioso, intentaron quemar algún banco.

Manuel Mayo, al que los vecinos empezaron a llamar a las 7 de la mañana de este lunes para comunicarle lo sucedido, dice que con actuaciones vandálicas de este tipo “le hacen daño a todo el pueblo, no solo al párroco”, y recuerda que las mejoras acometidas recientemente se financiaron con donativos de devotos, fondos de la parroquia, la colaboración de distintas empresas y la ayuda del Arzobispado. 

El sacerdote incide en que las iglesias forman parte del patrimonio de una comunidad y recuerda que, recientemente, también sufrieron robos las de Entrecruces y Anxeriz. “La gente anda preocupada y con miedo”, dice el cura, a la vez que reclama más efectivos para incrementar la vigilancia policial y combatir así la “falta de seguridad”. 

También hace un llamamiento a los ladrones: “Que pidan ayuda si realmente la necesitan y que se dejen de hacer daño. Cáritas de Carballo hace una labor encomiable y todas las parroquias de Bergantiños colaboramos para atender al mayor número de gente necesitada posible”. 

Por último, quiere agradecer públicamente las llamadas que recibió de mandos de la Guardia Civil de Carballo y del alcalde de Coristanco, Juan Carlos García, “para transmitirnos su solidaridad”.