La Macarena, El Gran Poder, la Esperanza de Triana, Los Gitanos, El Silencio y El Calvario, arropadas por miles de personas, han procesionado la madrugada de este Viernes Santo a la Catedral de Sevilla y han podido resarcirse así de la aciaga Semana Santa de 2024, en la que las seis hermandades se vieron obligadas a quedarse en sus templos como consecuencia de la lluvia, en unos casos, y los adversos pronósticos meteorológicos en otros, que dejaron a la ciudad huérfanas de cofradías no solo esa jornada, sino también el Jueves y Viernes Santo.
La Madrugada, eso sí, ha dejado un incidente sobre las 2,45 horas a consecuencia de la deflagración de dos arquetas eléctricas por un cableado quemado en la confluencia de las calles Relator y Feria, que habría derivado en la huida del público y una persona herida leve que no ha necesitado traslado hospitalario, según ha informado el servicio unificado de emergencias 112 de Andalucía, que alude además a un posible desalojo temporal y preventivo de una vivienda.
La incidencia, en términos del programa de la Madrugada, ha obligado a la hermandad de la Macarena a modificar su itinerario, mientras la hermandad de los gitanos ha sufrido un notable retraso en su estación procesional, esta noche marcada además por la asistencia de la reina emérita, Doña Sofía.
Nada que ver, pues, con lo sucedido el pasado año, cuando las hermandades de la Madrugá suspendieron sus estaciones de penitencia por las malas predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y reeditaban una estampa que no se repetía desde el año 2011, excepción hecha en los años 2021 y 2022, en los que no hubo procesiones en las calles por la situación derivada de la pandemia del Covid. Este año todo ha sido distinto y Sevilla ha vivido su emblemática noche, que, como siempre, comenzaba en torno a la medianoche en San Gil.
Desde la Iglesia de San Antonio Abad, en la céntrica calle Alfonso XII, la cofradía del Silencio puso su Cruz de Guía sobre la una de la madrugada. A escasos metros, en el 'palquillo' de La Campana, junto al presidente del Consejo de Hermandades, Francisco Vélez, se encontraba el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, en su cuarta Semana Santa en la ciudad desde que ocupa la sede de San Isidoro.
A esa misma hora se abrieron las puertas de la Basílica de San Lorenzo, desde donde procesiona la hermandad del Señor del Gran Poder, principal devoción de la ciudad junto a la Esperanza de la Macarena, y la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso. Un cortejo silente con 2.400 nazarenos enlutados. Como estreno, el pasado a nuevo terciopelo de los faldones del paso de palio por el taller del astigitano Jesús Rosado.
La hermandad de la Macarena, que también tiene templo con rango basilical, comenzaba su estación de penitencia cuando el reloj marcaba las 12 de la noche; este año, con más de 4.300 cirios en su cortejo. Un 2025 especial para ellos por la concesión a la Virgen de la Esperanza de la Rosa del Oro por parte del Papa Francisco, que se ha colocado en la peana de la dolorosa.
El Calvario, cuarta en la nómina del día, salía a las 4,00 horas de la madrugada, con el techo de palio, bambalinas y manto procesional recién restaurados. Justo después de la corporación de la Magdalena, pasaba por la Carrera Oficial la hermandad trianera de la calle Pureza, con el Nazareno de las Tres Caídas y la Virgen de la Esperanza. La cofradía abría las puertas de la Capilla de los Marineros a las 1,35 horas, con 3.200 nazarenos, entre el fervor del barrio y de miles de devotos. Este mes de octubre la Virgen visitará el Polígono Sur en misión por el Año Jubilar.
La hermandad de los Gitanos, con su particular impronta, puso el broche perfecto, un año más, a la noche más esperada de la ciudad, con sus nazarenos de túnica y capa blancas y antifaz de terciopelo morado, aunque con los notables retrasos ya mencionados. Como estreno, el faldón delantero del palio bordado por los sucesores de Elena Caro. También está esta corporación de celebración por el 600 aniversario de la llegada del pueblo gitano a España.
La mayoría de las cofradías de Sevilla ha experimentado este año un notable incremento en sus cortejos en esta Semana Santa. No en vano, solo las seis hermandades de la Madrugá han puesto algo más de 15.000 nazarenos en las calles; de ellas, destaca La Macarena, que ha repartido 4.300 papeletas de sitio de cirio en esta Cuaresma, de modo que si se suman las de isignias, varas y diputados, más los componentes de la Centuria y tradicionales armaos que escoltan el paso del Señor, el cortejo rondaba los 4.800 integrantes.
En esta jornada, la madrugada del Viernes Santo, la segunda corporación que más nazarenos ha tenido ha sido la Esperanza de Triana, con unos 3.200 nazarenos; le ha seguido El Gran Poder, con alrededor de 3.100 hermanos, y Los Gitanos, con 2.850, que, al igual que la hermandad de San Gil, alcanzaba este año la cifra más alta de su centenaria historia.
Por otro lado, el Nazareno del Silencio y la Virgen de la Concepción han ido acompañados por 1.200 hermanos revestidos con su clásica túnica negra de ruan y cinturón ancho de esparto, y, por último, El Calvario ha salido de la parroquia de la Magdalena con unos 850 nazarenos, según los datos ofrecidos por las distintas hermandades en sus redes sociales.