El Gobierno aplazará un año la reforma de la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), la antigua Selectividad, por lo que no habrá cambios en la prueba de 2024, según han confirmado a Europa Press fuentes gubernamentales.
El Ministerio de Educación y Formación Profesional ha trasladado esta decisión a las comunidades autónomas, con las que se ha reunido de forma telemática este jueves. También el Ministerio de Universidades tiene previsto trasladar la decisión a las universidades esta misma mañana.
En esas reuniones, según han explicado las mismas fuentes, se va a explicar qué decisión se adopta de cara a la EBAU de 2024. De este modo, el Ejecutivo podía decidir mantener la actual prueba o poner en marcha el periodo transitorio -para lo cual aún debería aprobar el correspondiente Real Decreto-.
Debido a la convocatoria anticipada de elecciones generales, el Ministerio decidió paralizar la aprobación del real decreto de la nueva prueba de acceso a la Universidad por "responsabilidad", al entender que era "más lógico" que lo sacara adelante el nuevo Gobierno.
Antes de finalizar la Legislatura, el Ministerio dejó "completamente terminada" la tramitación del real decreto de la nueva prueba de acceso a la Universidad. Aunque el decreto estaba listo antes de las elecciones, no pasó por el Consejo de Ministros. Según las fuentes consultadas, la decisión se toma ahora porque el Ejecutivo se comprometió a que los alumnos y profesores de Segundo de Bachillerato supieran a qué prueba se van a enfrentar al inicio del curso 2023-2024 para poder prepararla debidamente.
La implantación del nuevo modelo de la prueba de acceso a la Universidad estaba prevista para el curso 2023-2024 para, tras un periodo de transitoriedad, estar definitivamente implantada en junio de 2028.
En el proyecto de real decreto por el que se regulan las características básicas de la prueba de acceso a la Universidad para el curso 2023-2024 y se establece el procedimiento de cálculo de la calificación de acceso, publicado el pasado mes de febrero, el Ministerio de Educación y Formación Profesional eliminó la prueba de madurez y las preguntas tipo test que inicialmente tenía previstas para esta nueva prueba.
Asimismo, Educación aumentaba el tiempo de realización de los ejercicios en la nueva prueba, pasando de 90 minutos a 105 minutos, ya que, según justificaba el Departamento dirigido por Pilar Alegría, "se tiene en cuenta la lectura del ejercicio, su análisis y producción".
Otro de los cambios que incluye el proyecto de real decreto es que los alumnos, en el momento de matricularse a la prueba de acceso, elegirán entre examinarse de Historia de España o Historia de la Filosofía. Además, en las comunidades con lengua cooficial se añade un examen de lengua propia.
Con el objetivo de poner a prueba la nueva EBAU, el Ministerio realizó el pasado mes de marzo un prueba piloto en 50 centros de todas las comunidades autónomas españolas, Ceuta y Melilla, a excepción de las gobernadas por el Partido Popular y Aragón y el País Vasco. Esta prueba piloto incluía ejercicios menos memorísticos que reflejan situaciones de la vida cotidiana.
Según las guías de corrección de los exámenes piloto de la nueva prueba de acceso a la Universidad, publicadas por Educación, la nueva EBAU descontaría 0,25 puntos por cada error ortográfico y las tildes contarían como media falta.
Así, en la guía correspondiente a la prueba de Lengua Castellana y Literatura, se indica que "la calificación de cada ejercicio será siempre 0, 0,25, 0,5, 0,75, 1, 1,25, 1,5, 1,75, 2, 2,25 o 2,5 puntos, hasta un total de 10 puntos" y se especifica que se descontarán 0,25 puntos por cada error ortográfico; las tildes serán consideradas como media falta, y todos los demás casos (mayúsculas, extranjerismos, signos de exclamación e interrogación) se computarán como una falta. Además, los errores repetidos solo descontarán una vez.
En la guía se propone que, cuando la respuesta del alumno sea mejorable o contenga errores, se califique con una puntuación de 0,25, por ejemplo, ante la pregunta de elaborar un texto expositivo-argumentativo, aunque la presentación no se ajuste "en absoluto al formato propuesto", tenga "una extensión inferior a la requerida", no se ajuste al tema o contenga "vocabulario inadecuado, insuficiente" y con "abundantes errores gramaticales".
En suma, la guía señala que "se tenderá a una valoración conjunta positiva siempre que el texto tenga unos mínimos de coherencia y cohesión, así como una cierta corrección expresiva".