El Gobierno de Portugal y la Fundación Amancio Ortega firmaron este jueves un convenio de colaboración por el que la segunda donará 80 millones de euros para el primer centro de terapia con protones contra el cáncer en el país, que se instalará en la ciudad de Oporto.
La fundación informó en un comunicado de que esos fondos que aporta servirán para la compra de dos equipos de protonterapia para el futuro centro, que se situará en la sede del Instituto Portugués de Oncología Francisco Gentil (IPO Porto).
Ese dinero también servirá para adquirir todos los equipamientos complementarios para diagnóstico y tratamiento (software, dosimetría, cámaras y equipo clínico), así como la capacitación necesaria para que los diversos cuerpos técnicos, como médicos, ingenieros, arquitectos y radiólogos, puedan implementar esta tecnología.
El acuerdo ha sido firmado entre la fundación y varios organismos públicos lusos, como la Administración Central del Sistema de Salud, la Comisión de Coordinación y Desarrollo Regional del Norte y el IPO Porto.
Al acto, celebrado en Oporto (norte de Portugal), asistieron el primer ministro luso, Luís Montenegro, y la presidenta de la Fundación Amancio Ortega, Flora Pérez Marcote.
Según medios portugueses, se espera que el Centro Nacional de Protonterapia se materialice en un plazo de tres a cuatro años y será financiado “casi en su totalidad” con fondos europeos del programa regional Norte 2030.
La nueva instalación será pública, con capacidad de respuesta a todos los pacientes que puedan beneficiarse de la terapia con protones, que se calcula que serán al menos 400 al año.
La protonterapia es un tipo de radioterapia que utiliza energía de alta potencia proveniente de partículas cargadas positivamente (protones) para tratar el cáncer, a diferencia de las que se ha venido usando que emplea rayos X.
Algunos estudios indican que la terapia de protones puede provocar menos efectos secundarios que la radiación tradicional, debido a que los médicos pueden controlar mejor en qué lugar los haces de esas partículas liberan su energía