Con el rosa por bandera y la diversión como objetivo, este jueves llega a los cines "Barbie", un muy buen entretenimiento con Margot Robbie como la famosa muñeca, acompañada por Ryan Gosling, en una historia llena de ironía y autocrítica, dirigida por Greta Gerwig.

Una sorpresa y todo un chute de energía en una película que juega con todos los estereotipos que rodean a la muñeca, pero con un giro de humor, de fresca autoparodia y también de crítica social, algo que no parece conjugar con el mundo Barbie pero que encaja a la perfección en el guion escrito por Gerwig y Noah Baumbach.

Precisamente cuando se anunció que esta pareja -tanto en el cine como en la vida real-, que son los reyes del cine independiente en Estados Unidos, serían los responsables de llevar a Barbie al cine, hubo reacciones cuanto menos de duda respecto a lo que harían con una historia como esta.

El guion comenzaron a escribirlo en 2019, en plena pandemia. Gerwig tenía en su haber "Noches y fines de semana" (2008), "Lady Bird" (2017) y la enésima versión de "Mujercitas" (2019). Y Baumbach una carrera más larga que incluía "Una historia de Brooklyn" (2005) "Frances Ha" (2012, protagonizada por su esposa) o "Historias de un matrimonio" (2019).

Títulos muy alejados del concepto que se espera de una película sobre "Barbie", un proyecto de Mattel que estuvo años en manos de Sony para luego pasar a Warner y a Margot Robbie, que se metió como productora además de protagonista del filme.

Gerwig y Baumbach han construido una historia mucho más inteligente de la que se podía esperar de una película sobre una muñeca estereotipada y cursi que ya protagonizó momentos memorables, como juguete, en la saga "Toy Story".

Ahora Robbie interpreta a una de las muchas Barbies que viven en Barbieland, un mundo de felicidad eterna y fantasía en el que las mujeres son las que controlan todo y los hombres -incluido el Ken al que da vida Gosling- son unos meros comparsas de inutilidad suprema.

Pero Barbie/Robbie -hay otras Barbies interpretadas por Dua Lipa, Nicola Coughlan o Hari Nef- empieza a pensar en la muerte y decide viajar al mundo real, donde son los hombres los que dominan todo y donde sus llamativos atuendos son más motivo de risa que de admiración.

Crítica social, empoderamiento femenino, unos toques de corrección política -hay hasta una Barbie en silla de ruedas- y, sobre todo, mucho humor y autoparodia en una película que apunta al taquillazo del verano, pese a que ahora coinciden en las salas títulos como "Openheimer", de Christopher Nolan; "Misión imposible: Sentencia mortal, parte 1", con Tom Cruise; "Elemental", de Pixar, o "Vacaciones de verano", de Santiago Segura.

Pero será difícil resistirse a una película en la que a Barbie se la tacha de fascista, con comentarios en off sobre la insultante belleza de Margot Robbie, o en la que Gosling copia el look del Silvester Stallone de sus buenos tiempos, con un abrigo de piel sobre su torso desnudo.

Sin olvidar los números musicales que salpican la narración, con ritmo y estética discotequera, y una banda sonora con canciones de artistas como Dua Lipa, Billie Eilish, Lizzo, Haim o Nicki Minaj con Ice Spice.
O el acento hispano que pone America Ferrera, una fan de Barbie con más cabeza que la muñeca rubia, en una historia en la que también participan Will Ferrel (el CEO de Mattel), John Cena (uno de los Ken) o Rhea Perlman, en un pequeño pero importante papel para la historia.

Un enorme despliegue de fantasía y color para uno de los títulos más esperados del año, tanto que ha vuelto a poner de moda la muñeca -se han disparado las ventas, especialmente de los modelos más antiguos-, el color rosa -con colecciones especiales de las marcas de moda más populares- y toda la estética que rodea a las Barbies.

Algo que está aprovechando el fabricante Mattel, que ha dejado que la película se ría sin complejos de su juguete estrella y que está aprovechando el boom con el lanzamiento de una nueva colección en honor de la película.