El debate del martes sobre la toma en consideración de la ley de amnistía y la sesión de control al Gobierno del miércoles acreditaron que vienen tiempos recios, muy recios, por cuenta de la patológica complicidad del PSOE con fuerzas políticas sindicadas para atornillar a Sánchez en la Moncloa. En ambas sesiones planearon los pactos “encapuchados” que alimentan los planes de quienes no quieren ser españoles.
Esa sombra negra se hará presente en todos los cruces Gobierno-Oposición cualesquiera que sean los temas. Lo vimos el miércoles. Desde la conexión ferroviaria del País Vasco con el resto de España por alta velocidad a las cuestiones presupuestarias (un diputado de Vox acusó a la ministra de Hacienda de “sadismo fiscal”), pasando por el desempleo juvenil.
En todos los cruces de portavoces parlamentarios con los ministros apareció de uno u otro modo, entre pedradas de ida y vuelta, el asunto de fondo que será el epicentro de todos los temblores venideros. Nada de “tierra firme”, como quiere sugerir el titulo del libro de Sánchez, plagiado de una novela costumbrista de Concha Espina. Eso da igual. Lo que no da igual es que en la presentación de libro estuviera casi todo el Gobierno en pleno, mientras que el propio presidente y muchos de sus ministros hicieron novillos durante el debate sobre la amnistía del martes y en la sesión de control del miércoles (excepción hecha de los ministros interpelados por las preguntas de los diputados).
Por si fuera poca yesca en la hoguera de la política nacional, entre una y otra sesión irrumpía en los circuitos políticos y mediáticos la noticia de que los socialistas (5 concejales) y Bildu iban a presentar una moción de censura (se votará el próximo 28 de diciembre, Día de los Inocentes) para desalojar de la alcaldía de Pamplona a la alcaldesa, Cristina Ibarrola (UPN-PP, 11 concejales), y sustituirla por el candidato de la izquierda radical vasca, Joseba Asirón (8 concejales).
En virtud de un pacto encapuchado de los socialistas con Bildu, que incluye trato de favor a los presos de Eta, esto es lo que pasa apenas medio año después de constituirse la corporación, Pero apenas un mes después de que Sánchez recordase en sede parlamentaria al PP que Bildu no tenía la alcaldía de Pamplona gracias a los socialistas. Y solo una semana después de que el líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza, dijera que el PSOE vasco impediría el salto de Bildu a cargos públicos. De repente Bildu ya es un partido “democrático y progresista” para que “en pocos días haya una alcaldía menos de derechas”, según el ministro, Óscar Puente.