La defensa de los secaderos artesanales de congrio de Muxía, los dos únicos que existen en España, llegará al Parlamento de Galicia. El BNG presentó el lunes varias iniciativas y preguntas sobre el asunto, en las que destaca el valor etnográfico, cultural y patrimonial que tienen estos secaderos para la Costa da Morte.
“Estamos a falar dunha actividade de centos de anos, que leva desenvolvéndose na zona dende os anos corenta pola familia Diz, e que constitúe unha das imaxes icónicas da Costa da Morte”, defienden los nacionalistas.
En la proposición, el BNG solicita al pleno del Parlamento instar a la Xunta a adoptar “de xeito inmediato” las medidas necesarias para garantizar la supervivencia “dun oficio inmemorial”, y que además garanticen que el último secadero artesanal de congrio pueda continuar su actividad. Asimismo, los nacionalistas piden que el gobierno autonómico brinde toda su capacidad asesora y ejecutiva a los propietarios de los secaderos para garantizar que puedan seguir desempeñando su oficio “no inmediato” y de forma íntegramente artesanal, en caso de que así lo deseen.
Por otro lado, exigen a la Xunta que reglame a las administraciones que correspondan las modificaciones o adaptaciones normativas que se precisen para que se mantenga esta actividad artesanal como se lleva haciendo desde hace cientos de años.
A mayores de estas propuestas, los nacionalistas preguntan al gobierno gallego si considera que los secaderos de congrio de Muxía tienen un valor etnográfico, cultural, patrimonial y turístico para la Costa da Morte, además de si la Xunta llevó a cabo alguna actuación para proteger este oficio y cómo valora abordar la problemática que surgió con los secaderos desde el punto de vista interdepartamental.
Esta semana la familia Diz también recibió la notificación de sanción por el incidente ocurrido en el mes de febrero que llevó a Sanidade a suspender provisionalmente y con carácter cautelar la actividad, además de inmovilizar la última partida de este productos. Según pudo conocer este medio, la sanción inicial propuesta por Sanidade es de 5.800 euros por una infracción grave. La notificación recibida por la familia Diz supone el inicio del procedimiento sancionador y se abrirá el plazo para presentar alegaciones y acogerse a una reducción de la sanción.
Cabe recordar que hace un mes una ráfaga de viento tiró al suelo uno de los congrios que estaban secando al viento, momento que dos técnicos de Sanidade inmortalizaron con una foto. Según explicó Sanidade en su momento, el secado al aire de diferentes alimentos no se puede incluir en el listado de excepciones de alimentos con características tradicionales permitidas en la reglamentación comunitaria de higiene y seguridad alimentaria.
Es necesaria una norma nacional para poder realizar esa práctica, y para eso la Agencia Española de Seguridad Alimentaria inicia los trámites solicitando informe al comité científico, que analiza parámetros como “la humedad, temperatura y velocidad del aire”, con el objetivo de poder confirmar que este tipo de producciones son seguras y cumplen con los objetivos de la normativa. Mientras eso no suceda, el secadero no podría producir en las condiciones actuales porque carece de instalaciones y equipos que protejan a los productos de posibles contaminaciones.