Más de 3.000 migrantes han llegado a Italia en unas últimas horas de intensa actividad para los guardacostas italianos, que han socorrido a numerosas embarcaciones en peligro en el Mediterráneo Central, mientras el Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni estudia medidas para endurecer la legislación actual.
En dos complejas y largas operaciones, aún sin finalizar, la Guardia Costera interceptó este lunes dos barcos en los que viajaban 800 y 400 personas en aguas próximas a Sicilia y Calabria (sur), que se han sumado a las cerca de 2.000 personas que las autoridades italianas ya habían rescatado en otras operaciones desde el viernes.
El pesquero con cerca de 800 migrantes fue interceptado a más de 120 millas al sureste de Siracusa (Sicilia), en una operación complicada por la sobrecarga a bordo y que fue coordinada en el mar por la nave Peluso de la Guardia Costera, con el apoyo de tres motoveleros y la asistencia de un buque mercante presente en la zona, informaron los guardacostas.
En el otro rescate, con 400 personas en un segundo buque pesquero, del que informó el servicio de alerta telefónico de migrantes en el mar, Alarm Phone, participó el buque italiano Diciotti, frente a la Calabria Jónica (sur).
En cuanto a la situación en la isla de Lampedusa, cerca de 1.700 migrantes llegaron a la isla en 48 horas, con el punto de acceso colapsado con cerca de 1.900 personas, cinco veces la capacidad, según los medios locales, mientras en Catania se están construyendo a toda prisa dos estructuras para acoger a unos 700 migrantes salvados en el Jónico en las últimas horas.
En apoyo de las operaciones de búsqueda y rescate en el mar también han participado los medios aéreos de la Guardia Costera italiana y Frontex en unos días de numerosas llegadas de inmigrantes a Italia, a pesar de los esfuerzos del Gobierno de Meloni por reprimir la inmigración irregular.
Este martes se reanuda en la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado el examen del proyecto de Ley de Migrantes del Ejecutivo, que aumenta las penas de cárcel para los traficantes y complica la labor de las ONG de rescate en el mar, mientras el Ministerio del Interior estudia ya algunas enmiendas para endurecer la legislación "teniendo en cuenta la especial relevancia del flujo migratorio en curso", según el subsecretario Nicola Molteni.
Molteni tiene previsto reunirse esta tarde con el ponente de la ley para reforzar en particular la protección especial de los solicitantes de asilo y la repatriación de los ilegales, según los medios.
El buen tiempo ha animado a un mayor número de embarcaciones, la mayoría procedentes de Túnez, a emprender la ruta que conecta el norte de África con las costas de Lampedusa y Sicilia, en el Mediterráneo central.
A pesar de que las condiciones marítimas han mejorado, las autoridades están investigando el posible naufragio de una barca en la que habrían desaparecido una veintena de personas, de acuerdo con el testimonio de un grupo de migrantes rescatado por la ONG alemana Reqship.
Las llegadas a Italia ascendieron a 28.000 en los tres primeros meses de 2023, un 300 % más que las 6.800 de 2022 y a este ritmo, las proyecciones apuntan a 430.000 desembarcos a finales de año, por lo que el Gobierno pretende acelerar las iniciativas para frenar las salidas especialmente desde Túnez y Libia.