La Guardia Civil detuvo este jueves a dos hombres implicados en el robo cometido esa misma mañana en una joyería de A Laracha, de la que consiguieron huir tras sustraer varias joyas y rociar a la propietaria del negocio con gas pimienta.
Los hechos tuvieron lugar pasadas las 12.00 horas de este jueves, en la joyería Manuel Lorenzo, ubicada en la calle Doctor López Astray.
Los propietarios del establecimiento fueron sorprendidos por un varón que actuó a cara descubierta y que, de repente y provisto de un spray de gas pimienta, arremetió contra ellos antes de apoderarse de dos mantas-muestrario con joyas y sortijas variadas.
El delincuente las introdujo en una bolsa y salió del local a la carrera. Según apuntaron algunos testigos, fue recogido por un cómplice que le esperaba en la calle Manuel Antonio Barreiro Barbeito, a unos 100 metros de la joyería, al volante de un Volkswagen Passat de color rojo.
Este dato fue determinante para que un poco más tarde una patrulla de tráfico interceptase el vehículo en los accesos de A Coruña.
Una vez identificados los dos ocupantes y tras inspeccionar el vehículo, los agentes recuperaron las joyas robadas e incautaron el spray de gas pimienta utilizado para atacar a los responsables del negocio.
Los detenidos acabarían reconociendo los hechos, aunque desde el Instituto Armado resaltan que la investigación sigue abierta, y que de la misma se encarga la Unidad de Patrimonio de la Policía Judicial.
A consecuencia del ataque con el aerosol la titular de la joyería sufrió lesiones en la cara, por lo que fue trasladada al centro de salud de A Laracha.
Su marido, Manuel Lorenzo, también se llevó un buen susto, aunque fue el encargado de atender a los servicios policiales y a los medios de comunicación.
Consultado al respecto, no pudo concretar la cantidad de joyas robadas ni tampoco su valor exacto, aunque considera que se trata de una cifra importante.
El atraco le llega justo cuando él y su esposa están tratando de traspasar el negocio debido a su próxima jubilación.
Los hechos provocaron la natural preocupación en el sector del comercio larachés, máxime por cuanto la totalidad de la plantilla de la Policía Local lleva meses de baja por un conflicto laboral.